Con motivo del mes del orgullo LGTBIQ+ las redes sociales se llenan de las experiencias de los usuarios en lo que se refiere a su identidad sexual o de situaciones cercanas que visibilizan la importancia de apoyar y mostrarse comprensivo con los miembros del colectivo.

Este pasado martes, una tuitera llamada Inés Gómez contaba cómo su madre hace un año le pedía una imagen de la bandera LGTBI para colgarla como foto de perfil, donde anteriormente lucía una foto de sus dos hijas. Tras el paso de los meses, según cuenta la tuitera, la instantánea continuaba en el perfil de la mujer y ella se ofreció para ayudarla a cambiarla, pero ella le dijo que no.

Tras esta respuesta, su hija le pregunto por el motivo que le impulsaba a tomar esa decisión. Su madre le explicó que, de esta manera, si alguien lo necesitaba y no sabía a quien recurrir, sabría que ella estaría de su parte.

 

Lugares donde la sociedad no avanza

Gómez contaba en este hilo de Twitter que esta historia puede parecer una tontería, pero no lo es”. Todo ello deriva de que en un pueblo de pocos habitantes ubicado en Extremadura, la sociedad no “normaliza” que un matrimonio homosexual se case. Y en el tuit, ella comentaba que no hace muchos años, los niños eran los que se encargaban de lanzar piedras a los balcones de una pareja que había contraído el matrimonio.

En algunos pueblos de España, no es de extrañar que todavía haya un estigma social hacia las relaciones homosexuales. Muchas personas no se atreven a mostrarse cómo son por miedo al estigma social, a que su familia le abandone. Gómez resaltaba que hay “ciertos rangos de edad incapaces de normalizar la no normatividad”.

Nuevas generaciones que luchan por su felicidad

En toda esta historia, Ines Gómez se muestra esperanzadora sobre cómo en algunos casos las nuevas generaciones. Explica que “luchan por su felicidad” y se sienten orgullosos de las personas que son.