El adenocarcinoma pancreático es uno de los cánceres más agresivos. Menos del 10 por ciento de los afectados supera los dos años de vida tras el diagnóstico.
La mayor parte de los casos se detecta en estadios ya muy avanzados, por lo que solo entre el 15 y el 20 por ciento de los pacientes puede ser tratado con resección quirúrgica. El resto recibe quimioterapia y radioterapia combinadas, cuya respuesta es limitada.
Sin embargo, en la Comunidad de Madrid, se ha dado un importante paso al respecto. El Servicio de Radiología Vascular e Intervencionista del Hospital Universitario Infanta Elena, integrado en la red sanitaria pública, ha tratado con éxito un cáncer de páncreas localmente avanzado mediante ablación con electroporación irreversible percutánea combinada con quimioterapia estándar.
En busca de otras técnicas
“Pese a los nuevos regímenes de quimioterapia, el pronóstico de esta enfermedad sigue siendo desalentador”, explica el doctor Eduardo Crespo, jefe de la Unidad de Radiología Vascular e Intervencionista del citado centro hospitalario. Esto ha llevado a “estudiar varias terapias ablativas como tratamiento adjunto o independiente”, matiza. Sin embargo, el daño térmico que se produce “hace que lleve asociada una importante morbilidad y mortalidad”, destaca.
Las ventajas de la electroporación irreversible
Frente a este tipo de abordajes, la electroporación irreversible presenta importantes ventajas. “Se trata de una técnica de ablación tumoral no térmica de tejidos blandos, de manera que produce muerte celular como resultado de la apoptosis y no de la necrosis, como ocurre en todas las demás ablaciones térmicas o por radioterapia", detalla. De este modo se destruye el tejido sin lo efectos indeseables de otras opciones terapéuticas, lo que le confiere seguridad y eficacia. A esto hay que añadir que, según sugieren distintos estudios, “mejora la supervivencia libre de progresión y de la supervivencia global”, subraya el Dr. Crespo.
Alta en 24 horas asintomático
La intervención del Hospital Infanta Elena es la primera de estas características que se lleva a cabo en la región. El éxito de la misma lo corrobora el hecho de que el paciente fue dado de alta 24 horas después de pasar por quirófano, sin presentar sintomatología.
Se trataba de un hombre de 66 años “con buen estado general y un tumor en la cabeza del páncreas que invadía estructuras vasculares, característica que le cataloga como localmente avanzado”, recuerda este especialista.
Tras ser estudiado el caso por el comité multidisciplinar, “se decidió intervenir mediante ablación con electroporación irreversible combinada con la quimioterapia estándar en la nueva Sala de Radiología Vascular e Intervencionista del hospital, que cuenta con un equipo híbrido de última generación”, puntualiza.

Junto al Dr. Crespo, colaboraron en la operación los doctores Eduardo Daguer, Antonio Hermosín, Álvaro Villalba, Carmen García y José Flores, así como al equipo de Enfermería y los técnicos de Radiología, imprescindibles todos ellos para el resultado.
El procedimiento se realizó en tres horas y “no se apreciaron complicaciones ni durante ni después de su desarrollo”, indica el jefe de la Unidad de Radiología Vascular e Intervencionista. El paciente evolucionó de forma muy positiva y en la resonancia magnética que se realizó a las 24 horas de la intervención, “se observó una ausencia de captación de contraste en el tumor, lo que indica buena respuesta terapéutica”, destaca.

A partir de ahora, será controlado cada tres meses mediante pruebas analíticas y de imagen, lo que permitirá valorar la respuesta y la necesidad de nuevos tratamientos.