El 30 de noviembre de 2014, un hombre de 43 años de edad, seguidor del Deportivo, murió como consecuencia de los golpes recibidos en una pelea entre aficionados radicales del Atlético y del equipo gallego, entre miembros del Frente Atlético y los Riazor Blues. El presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, no aplazó el partido. “Si hubiese sido un aficionado normal, hubiéramos suspendido la jornada", dijo quitando hierro al asunto. Transcurridos tres años desde el terrible asesinato, los ultras de extrema derecha siguen campando a sus anchas en los estadios de fútbol en España.

En estos recintos deportivos, con la permisividad de Tebas, se permite gritar en cada partido de liga el tristemente famoso ‘Puta Barça, puta Catalunya’. El presidente de la Liga tampoco hace nada para acabar con los cánticos homófobos -‘Ronaldo maricón’, dicen todas las jornadas para desesperación del jugador portugués-. Por permitir, Tebas incluso tolera que la afición del Betis entone “Rubén Castro alé, no fue tu culpa, era una puta, lo hiciste bien”, en referencia a la petición de cuatro años de cárcel que el delantero verdiblanco a la que se enfrenta como presunto autor de maltratos a su expareja.  

 

Ahora se preocupa
Sin embargo, estos días, el presiente de la Liga sí que anda inquieto porque la afición del Barça pueda exhibir este domingo esteladas en la final de la Copa del Rey. “Estamos hablando de la Copa del Rey, la Copa de España y que las esteladas son símbolos que defienden la destrucción de España. Desde este punto de vista tiene sentido que aquellos símbolos que van para la destrucción de España no sean permitidos”, afirma el mismo dirigente que mira para otro lado cuando los ultras portan banderas franquistas en los estadios de Primera División.

Así actúa Javier Tebas, capaz de permanecer impasible si en los estadios se exhiben símbolos nazis como el totenkopf, al mismo tiempo que se posiciona del lado de la Fiscalía cuando se trata de prohibir las banderas independentistas en la final de la Copa del Rey. El presidente de la liga demuestra así su calaña, su pasado franquista y su polémico presente.

Extremista
Una actitud que no extraña si se tiene en cuenta que Tebas no tiene reparo en reconocer públicamente que de joven militaba en Fuerza Nueva. El dirigente de la Liga asegura no ser “ni de extrema derecha, ni violento”, pero en las entrevistas lamenta la existencia de tanto “maricomplejines en la derecha española”.  Tebas también cree que España necesitaría su propio Le Pen: “Sí. En ocasiones, sí. Sobre todo, por la identidad nacional de España, que no está siendo defendida debidamente por los partidos. En riesgo está desde hace mucho tiempo”.

 

Tan preocupado por el aborto -“creo en la vida del no nacido. Y nadie puede disponer de esa vida, ni siquiera la madre. No quiero ninguna ley del aborto. Aborto cero. Ilegal”-, como despreocupado se mostraba cuando su hijo -también llamado Javier Tebas-, exhibía hasta hace poco su militancia en la formación política de extrema derecha Acción Juvenil Española (AJE) y escribía contra los homosexuales en ‘Libertad Digital’.

Y es que el hombre que pretende poner ‘paz’ este domingo en las gradas dando lecciones a la afición del Barcelona, no fue capaz de educar a su vástago y prohibirle vociferar en el periódico de Losantos contra del aborto, la eutanasia o los matrimonios homosexuales.

De tal palo, tal astilla
En sus artículos, su hijo defendía la obligatoriedad de las clases de Religión Católica, alababa las misas que se celebran "cara al altar"; consideraba que la sociedad estaba “enferma”; definía a una prostituta que acudió a un debate de televisión como “una pobre desdichada prostituta, cuyos rasgos parecían denotar algún retraso mental”;  y aseguraba que “la Ley de Dios está por encima, muy por encima, de las papeletas" (en referencia a la democracia).

Así es el hijo de Tebas, férreo enemigo de Alberto Ruíz Gallardón por traer a Madrid, “en lugar de las Olimpiadas, macrofestivales gays, que asolan nuestras calles con los maricas más zafios del mundo”. Y es que de tal palo, tal astilla.