Este viernes la E-Cigarette Summit 2025 ha reunido en Londres a investigadores internacionales, profesionales sanitarios y especialistas en salud pública para debatir los avances científicos en relación a las alternativas al tabaco convencional y las medidas de control del tabaquismo. Los expertos reunidos han coindidido en subrayar que las políticas regulatorias tienen un impacto directo en los patrones de consumo y que restringir o dificultar el acceso a las alternativas sin humo puede modificar —y en algunos casos incrementar— el uso de los productos más dañinos.
Restricciones de sabores y desigualdades sociales
Abigail S. Friedman, profesora asociada de la Yale School of Public Health de EEUU, habló de cómo políticas bieninencionadas pueden provocar desigualdades en materia de salud. Su ponencia giró en trono a la restricción de sabores de los cigarrillos electrónicos para reducir el vapeo entre jóvenes para alertar de que estas medidas están asociadas a un aumento en el consumo de cigarrillos convencionales. "Los cigarrillos electrónicos y los cigarrillos convencionales son sustitutos económicos: cuando uno se vuelve menos accesible o atractivo, el otro gana terreno", argumentó.
Friedman subrayó que estos efectos no se distribuyen de manera homogénea. “Las investigaciones muestran que estas políticas pueden generar disparidades”, señaló, al observar que los jóvenes con menor nivel educativo registran aumentos más acusados del tabaquismo. También advirtió que, en su país, “una prohibición nacional de sabores aumentaría la brecha educativa del tabaquismo juvenil alrededor de un 20%”
Entre las medidas regulatorias más eficaces, destacó opciones como la prohibición de ciertos sabores en los dispositivos desechables, la eliminación de expositores de todos los productos de nicotina en tiendas donde se admintan menores, una medida que ya se aplica en el Reino Unido, y priorizar regulaciones dirigidas a reducir el cosnumo de dispositivos desechables, mitigando al mismo tiempo el impacto medioambiental.
Una visión psicológica de la adicción
El profesor Robert West, del University College London, explicó un enfoque integrado para comprender la adicción a la nicotina, distinguiendo entre la necesidad fisiológica y la necesidad psicológica. Recordó que “la experiencia de fumar puede resultar placentera para los fumadores, pero no siempre se correlaciona con el nivel de adicción”, lo que evidencia que la dependencia no puede explicarse únicamente por la nicotina como sustancia.
West también señaló que los distintos productos de nicotina no funcionan del mismo modo en términos conductuales. “Los productos de nicotina no son completamente intercambiables”, afirmó, dado que muchos usuarios recaen en el cigarrillo incluso cuando utilizan alternativas con dosis equivalentes de nicotina. Para avanzar, defendió mejorar la comprensión de los daños relativos, reforzar los métodos de cesación y ofrecer apoyo psicológico y asistencial.
Bolsas de nicotina y percepción pública
Varios expertos, entre ellos el investigador noruego Karl E. Lund y la profesora Friedman, participaron en una mesa redodna sobre los productos sin humo y su regulación. Ambos abordaron la cuestión de si las bolsas de nicotina provocarán menos controverisa que los cigarrillos electrónicos. Lund destacó sus ventajas técnicas —como ausencia de olor o de inhalación— que reducen el rechazo social, y recordó que la FDA mantiene una postura receptiva hacia ellos. Aun así, señaló que “estos productos no construyen sobre la misión de una sociedad libre de nicotina”.
Por su parte, Friedman puso el acento en la dificultad de que se puedan resolver este tipo de controversias, sobre todo si hay menores en juego:“La percepción pública no siempre es racional y cualquier riesgo para menores genera alarma. Incluso si los científicos se ponen de acuerdo sobre el menor perfil de daño de estos productos, no se espera que la opinión pública lo resuelva fácilmente”.
Australia, Nueva Zelanda y el efecto de las políticas extremas
En esa mima mesa, el profesor Hayden McRobbie expuso la situación en Australia, donde un marco regulatorio altamente restrictivo ha impulsado un mercado ilícito de gran escala. Según explicó, las medidas no han reducido el consumo, sino que lo han desplazado hacia canales ilegales.
Lion Shahab, profesor de Psicología de la Salud de la University College de Londres, profundizó en esta idea al señalar que, tras la prohibición, “aproximadamente el 90% de los usuarios de cigarrillos electrónicos en Australia recurren al mercado ilícito”. Para Shahab, este fenómeno demuestra que las políticas extremas erosionan la legitimidad regulatoria y generan dinámicas similares a las observadas en la Ley Seca.
El continuo de riesgo y la postura de la OMS
West también abordó la negativa de algunos organismos internacionales a reconocer el continuo de riesgo entre productos de nicotina. Señaló que “negar la evidencia científica sobre la menor toxicidad de los productos sin humo es muy perjudicial”, y que la OMS debe basar sus afirmaciones en hechos empíricos para no comprometer su credibilidad global.
Desinformación y coherencia en los mensajes
Durante el panel, McRobbie insistió en la complejidad comunicativa en torno al vapeo. Explicó que los pacientes reciben mensajes contradictorios y que la falta de coherencia dificulta la comprensión pública. Según dijo, “aunque uno haga todo lo posible, a veces el daño ya está hecho”, lo que refuerza la necesidad de mensajes coordinados.
¿Es inevitable el consumo de nicotina?
En la parte final del encuentro se analizó la evolución histórica y cultural del consumo. Shahab recordó que la nicotina no estaba presente en Europa antes del siglo XVI, una evidencia que, para él, demuestra que no es inevitable. West añadió que las grandes diferencias culturales —como que en China “alrededor del 60% de los hombres fuma, pero solo un 3% de las mujeres”— indican que los patrones de consumo pueden cambiar drásticamente.
Lund aportó un matiz distinto al afirmar que “probablemente siempre ha habido cierto apetito por la nicotina”, lo que sugiere que algún tipo de consumo puede persistir aunque los productos evolucionen.