El que fuera entrenador y periodista deportivo, considerado el padre del atletismo de Salamanca, Carlos Gil Pérez, ha sido acusado de abuso a menores por parte de dos exatletas a los que entrenaba en los años 80. Así lo revela un duro relato publicado en el diario El País que muestra el testimonio de los dos denunciantes. El más impactante es el de F.J.B.J, que tiene ahora 57 años, quien asegura que Gil Pérez "recibía de forma habitual en su casa de Salamanca a los menores que entrenaba, les ponía películas porno y les realizaba tocamientos".

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Los abusos a F.J.B.J

Carlos Gil Pérez, fallecido en el año 2009, fue director técnico de la Federación Española de Atletismo de 1979 a 1988 y es considerado uno de los padres del atletismo español. Con él llegaron las primeras medallas olímpicas. Es por eso que en Salamanca, ciudad en la que residía, se celebra cada año un torneo con su nombre, el Memorial Carlos Gil Pérez, e incluso cuenta con una inscripción en la puerta de la que era su casa en reconocimiento a su trayectoria. Una larga historia deportiva que se ha visto salpicada por las acusaciones de abusos a menores.

Es lo que ha relatado F.J.B.J, que ahora tiene 57 años, y quien asegura que no quiere ver "un pabellón con su nombre, ni una placa en su calle" dado que "es el nombre de un pederasta" que abusó de él. Este revela que cuando tenía 17 años Gil Pérez le ponía películas porno en su casa, donde le pidió que "le realizara una felación y le obligó a masturbarle", tal y como revela la información publicada este martes por el diario 'El País'.

"Era normal que subiéramos cuatro o cinco amigos a su casa algún viernes por la tarde para escuchar música, porque tenía un equipo de última generación, a tomar algo o ver material deportivo y, en ocasiones, porno en la sala. En una ocasión, estando un grupo de varios amigos, pusimos una peli porno para masturbarnos y reírnos entre nosotros, Carlos Gil se acercó a la sala y nos dijo: ‘Al primero que se corra le doy 200 pesetas’", ha explicado.

"Nos ponía pelis porno y me obligó a masturbarle"

F.J.B.J explica que este "se quedó mirando" lo que estaban haciendo e incluso "se le iba la mano, sin obligar a nadie, pero era algo no consentido". "‘Mira como la tiene’, decía. Éramos todos menores. Teníamos las hormonas a mil, para nosotros era una gamberrada de chavales, con los años me di cuenta de que lo que hacía no era normal", relata el hombre.

Este exatleta también afirma que cuando el entrenador se despedía de él y de los demás chavales, siempre intentaba besarle en la boca. "Aprendí a poner la cara de lado", ha confesado antes de comunicar que no se lo contó a nadie nunca aunque en casa sí se comentaban cosas sobre los supuestos comportamientos de Gil Pérez. No lo denunció por vergüenza y por pensar que nadie le hubiera creído.

"Aprendí a vivir con ello. Ni siquiera era consciente de que eso se podía denunciar, eran los años 80. Quién me iba a creer a mí, Carlos era una autoridad, una eminencia del deporte y del periodismo, tenía muchísimo poder en Salamanca. Nadie me hubiese creído, era la palabra de un niño contra la de un adulto", asegura.

Ahora, pese a que este está fallecido, defiende contarlo en este momento dado que tiene "la madurez suficiente". "Con 15 años no, y asumes que la culpa era tuya, no del mayor. Solo espero que esto sirva para que las víctimas de abuso se animen a denunciar a tiempo, ya no estamos en los años 80", ha sostenido. Otro ex atleta, ahora con 58 años relata situaciones similares vividas al lado de quien fuera un estandarte del atletismo español.

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La segunda víctima

Un segundo exatleta, que estuvo federado por la UDS entre 1975 y 1981, asegura que sufrió tocamientos y confirma y corrobora que la casa del seleccionador era un lugar habitual de encuentro para los atletas. "No teníamos pelas para estar por ahí todo el día, además en invierno hacía frío y la casa de Carlos era un sitio para estar los chavales juntos. Nos venía bien. Íbamos después de salir del cole y también los fines de semana. Nos ponía películas porno, era la época del destape y nosotros chavales de 14 y 15 años con la libido a mil", ha explicado.

Este revela que "a veces entraba él en la sala, con la peli puesta y te ponía la mano en el paquete". "Cuando empecé a ser consciente de lo que estaba pasando me lo quité de encima y no volví a ir a su casa. Su hobby eran los chavales y cuantos más jóvenes, mejor. No lo hablamos nunca con nadie, ni se lo comentamos a ningún otro entrenador porque era una cosa que nos daba vergüenza. Siempre intentábamos ir en grupo a su casa, nunca solos", relata antes de explicar que cuando le rechazaban "él pasaba de todo". "Hoy lo intento, mañana otra vez", dice.

Un tercer exatleta lo corrobora

Un tercer exatleta, entrenado por Gil Pérez entre 1985 y 1990, corrobora el contexto relatado por los otros dos, aunque afirma que él nunca sufrió abusos. "Su casa era el lugar de encuentro habitual para los jóvenes, ni siquiera quedábamos a una hora concreta, aparecíamos allí cuando nos daba la gana. Nos ponía pelis porno, sí", revela.

"La tele estaba en el salón, pero manejaba el mando desde su despacho y cuando estábamos viendo entrenamientos, nos cambiaba a una peli porno y decía: ‘¿Qué, a que os estáis riendo?’. Conmigo no fue más allá de las pelis", asegura. Sin embargo, este confirma que había ciertos rumores en la ciudad sobre el comportamiento del entrenador, por lo que su propia familia le aconsejó que tuviera cuidado

 

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