El Tribunal Superior de Justicia de Navarra ha ratificado una condena de dos años de cárcel a un hombre por abusos sexuales continuados a una menor. Este caso, que fue juzgado inicialmente por la Audiencia Provincial de Navarra el pasado junio, involucra a un individuo que realizó tocamientos inapropiados a la nieta de una amiga suya durante un periodo en el que la niña tenía entre 9 y 14 años.
La sentencia, aún susceptible de recurso ante el Tribunal Supremo, subraya la gravedad del delito continuado de abuso sexual sobre menor de 16 años, aunque reconoce las atenuantes de reparación del daño y dilaciones indebidas. Además de la pena de prisión, el tribunal ha impuesto al condenado la obligación de indemnizar con 800 euros por el daño moral causado y la prohibición de aproximarse o comunicarse con la víctima durante cinco años, así como una medida de libertad vigilada por el mismo periodo.
La víctima, nacida en 2006, comenzó a vivir con su abuela y una tía en 2014, situación que se prolongó hasta febrero de 2020. Durante esos años, el acusado, frecuente visitante de la casa por su amistad con la abuela, aprovechó momentos sin supervisión para abusar de la niña. Según el relato de los hechos probados, le decía a la menor: "Esto es un secreto entre nosotros, no digas nada a tu abuela ni a tu tía".
Confirmada la condena de dos años de prisión por abusos a una menor en Navarra
El proceso reveló que estos abusos causaron un profundo malestar emocional en la menor, manifestado en irritabilidad, agobio, miedo, confusión y evitación. La defensa del acusado apeló la decisión inicial, pero tanto la fiscalía como la acusación particular defendieron la confirmación de la sentencia.
El Tribunal Superior, al desestimar el recurso, destacó la ausencia de motivos espurios en la denuncia, pese a que ni la abuela ni la tía de la víctima encontraron inicialmente verosímil el testimonio de la niña. Este escepticismo familiar, lejos de debilitar, refuerza la credibilidad de la denuncia, según los magistrados, ya que el acto de denunciar deterioró significativamente las relaciones familiares de la víctima, causándole un claro perjuicio.
La veracidad del testimonio de la menor fue además corroborada por un informe pericial de una psicóloga forense, elemento que el tribunal consideró fundamental para confirmar la condena.