Los estudios contra las tendencias de consumo de cigarrillos electrónicos entre jóvenes cada vez más frecuentes han arrojado un nuevo resultado que podría servir para aumentar la concienciación y advertir del riesgo que se esconde detrás de estas conductas. La revista Tobacco Control ha publicado este martes un nuevo estudio que revela la presencia de metales potencialmente peligrosos para la salud en la orina de los jóvenes que consumen cigarrillos electrónicos, también conocidos como vapeadores.

La población estadounidense sometida al estudio se encuentra en un rango de edad que va de los 13 a los 17 años, con un total de 200 usuarios. Entre los metales analizados en la orina se encontraban el cadmio, el plomo y el uranio, cuya presencia variaba dependiendo también del sabor del cigarrillo que se consumía. Para llevarlo a cabo, se establecieron varias frecuencias de vapeo siendo ocasional entre 1 a 5 días al mes, intermitente entre 6 a 19 días al mes y frecuente más de 20 días. En cuanto a la clasificación de sabores, se distinguieron cuatro tipos: mentol o menta, fruta, dulces como chocolate o postres, y otros como clavo o especias y bebidas.

Preocupantes resultados

Tras llevar a cabo la investigación, los resultados revelaron que los niveles de plomo eran un 30% más altos entre los vapeadores frecuentes que entre los ocasionales; y respecto a los niveles de uranio, se duplicaban entre los frecuentes que entre los ocasionales.

Por su parte, atendiendo a los sabores, los niveles de uranio eran un 90% más altos entre los que usaban sabores dulces que entre aquellos que lo hacían con sabores como menta o mentol.

A pesar de que los autores del estudio señalaron que atendiendo a la marca que lo comercializa serán unos niveles u otros y que, por tanto, no se pueden establecer conclusiones definitivas, el riesgo para la salud es real. “Estos hallazgos exigen más investigación, regulación del vapeo e intervenciones de salud pública específicas para mitigar los daños potenciales del uso de cigarrillos electrónicos, particularmente entre los adolescentes”.

Tendencia al alza

Al margen de este particular estudio, el resto de datos tampoco infunden la esperanza. Todo lo contrario. Tal y como apuntaban los datos de un estudio piloto para el Plan Nacional sobre Drogas, un 25,2% de los menores de 12 y 13 años reconocía haber vapeado en alguna ocasión, el 21% en el último año y del 11,2% en el último mes.

Tras la publicación de los resultados, expertos en la materia han mostrado su postura al respecto y referente a los riesgos que los vapeadores entrañan para la salud pública.

Así, Pablo Olmedo, profesor titular en el departamento de Medicina Legal, Toxicología y Antropología Física de la facultad de Medicina, ha señalado que el plomo es “especialmente preocupante ya que es muy nocivo para el desarrollo neurológico de los jóvenes”. Respecto a los otros dos metales, uranio y cadmio, añade: “El uranio también es un metal tóxico, aunque la importancia de los cigarrillos electrónicos como fuente de exposición a este metal necesita más investigación, como los propios autores del estudio reconocen. El cadmio es relevante en el tabaco, pero no es un metal que sea de importancia en los cigarrillos electrónicos como este y otros estudios demuestran”.

Olmedo ha aprovechado también para hacer un llamamiento a las instituciones y solicitar la implementación de medidas contra estos hábitos cada vez más recurrentes entre jóvenes. “Este estudio es importante ya que añade más evidencia al papel de los cigarrillos electrónicos como fuente de exposición a metales. Debido a la gran toxicidad del plomo y a sus efectos especialmente nocivos en la población más joven, los resultados de este estudio apoyarían el establecimiento de políticas más estrictas para el control del uso de cigarrillos electrónicos en adolescentes”.