Preocupación en el colegio público de Sevilla CEIP Miguel Hernández después de que dos menores de alrededor de cuatro años jugasen durante la hora del recreo, en las inmediaciones del patio del centro, con un preservativo usado.

Estefanía Fuentes, la madre de uno de ellos, en conversaciones con Europa Press, ha denunciado los hechos. “Estos niños se encontraron con un preservativo usado en el colegio, uno de ellos lo intentó inflar porque lo tratan como un globo. Se ponen a jugar con él y le meten arena”, explica.

A continuación, relata que uno de ellos se lleva el preservativo a su casa, momento en el que su madre descubre lo que el niño tiene en el bolsillo y del peligro que éste podría haber corrido de estar en contacto con el mismo. “Saltan las alarmas. Nos vamos al hospital y les hacen pruebas”, continúa explicando, matizando que los menores fueron sometidos a tratamientos contra el VIH y la hepatitis, además de un análisis de sangre.

Finalmente, ambos pequeños dieron negativo en los test. “Se descarta, han dado todos los resultados negativos. Dentro de seis semanas les vuelven a repetir las analíticas”, ha precisado. “Los niños están bien”, ha celebrado la madre de uno de ellos a la par.

Los hechos tuvieron lugar el pasado 21 de febrero al mediodía, justo a la hora de finalizar las clases escolares del colegio de infantil y primaria, mismo día en el que las familias acudieron de urgencia al hospital.

Las familias piden que se depuren las responsabilidades necesarias

El segundo paso a tomar por las familias después de haber superado el susto y verificar que los menores ya no corren ningún peligro, es reclamar explicaciones y responsabilidades al centro educativo.

“Lo primero que hacemos es reclamar al colegio para ver qué ha sucedido. Doy fe de que tienen reclamaciones hechas tanto al Distrito como al Ayuntamiento de Sevilla porque están cansados de este tema, de encontrarse en el patio cristales, cigarros, hasta incluso porros enteros. Preservativos también se han encontrado muchos, pero nunca había pasado esto”, ha asegurado la madre en conversaciones con el medio citado en líneas anteriores.

Asimismo, multitud de padres ya han mostrado en reiteradas ocasiones sus quejas al respecto, ya que el servicio de limpieza del centro escolar no se encarga de limpiar esta zona al aire libre a pesar de que pertenece a las inmediaciones de la institución educativa. Y es que, además de poder encontrarse los objetos denunciados en anteriores líneas, la situación podría ser aún más grave, ya que por la zona también podrían hallarse jeringuillas con sustancias tóxicas.

De este modo, y actuando como portavoz de ambas familias, Estefanía Fuentes insiste en que el objetivo conjunto es que “se depuren las responsabilidades a quien le corresponda, que arreglen lo que tengan que arreglar”.

Es así como también señala los puntos por donde los jóvenes que suelen realizar estas prácticas se “cuelan” en las inmediaciones del colegio: “No tienen miedo a saltar por la verja ni a meterse por aquí. El muro lo han arreglado un montón de veces, pero vuelven a tirarlo y destruirlo para volver a meterse dentro. Estamos muy cansados”, ha condenado.

Asimismo, en un comunicado del AMPA y que recogió el medio local El Diario de Sevilla, se pronuncian con las siguientes reclamaciones: "Necesitamos saber que nuestros hijos están en un entorno seguro, donde se les pueda garantizar no sólo una buena educación. En estos momentos, en el colegio no se está cumpliendo con esta seguridad debido al poco interés, por parte de la administración que corresponde, en solucionar el problema que llevamos solicitando durante muchos años. ¿Qué faltará más aparte de este incidente, que ya es bastante grave?”, condenan.

“No estamos tranquilos”

La madre, a pesar de que se ha confirmado que ya no hay riesgos en la salud de los niños, lamenta profundamente que se hayan producido estos hechos: “Dejas a tu hijo en un colegio y, supuestamente, es una zona segura, pero, visto lo visto, no es seguro. No estamos tranquilas”, ha explicado.

Razón por la que decidieron tomar medidas más allá de las quejas y acudir al Juzgado de Guardia a poner una denuncia, la cual descartaron al no ser un asunto “penal”: “Nos indicaron que teníamos que denunciar por daños y perjuicios al Ayuntamiento y eso es lo que hemos hecho. Ahora, estamos a la espera de respuestas”, ha indicado.

“Lo único que quiero es que esto se solucione, que no vuelva a pasar más, que ningún niño, incluso el mío, vuelva a estar en riesgo de nada y que puedan venir al colegio estando tranquilos, también los padres y madres, de que no corren ningún peligro”, ha deseado Estefanía Fuentes.