El envejecimiento es un proceso natural e inevitable que conlleva una serie de cambios físicos, psicológicos y sociales. Sin embargo, no todos los cuerpos ni todas las mentes envejecen de la misma manera, y hay factores que pueden influir positivamente en la calidad de vida de las personas mayores. Uno de ellos es el ejercicio físico, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) debe formar parte de la rutina diaria de los adultos mayores de 65 años.

Según la OMS, los adultos mayores deben realizar al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada a vigorosa, o al menos 75 minutos de actividad física intensa, o una combinación de ambas. Además, se recomienda realizar ejercicios de fortalecimiento muscular al menos dos o tres veces por semana, así como ejercicios de flexibilidad y equilibrio para prevenir caídas y mejorar la movilidad.

Los beneficios del ejercicio físico para las personas mayores son múltiples y abarcan diferentes aspectos de la salud. A nivel físico, el ejercicio ayuda a prevenir y controlar enfermedades crónicas como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, la osteoporosis o el deterioro cognitivo. También contribuye a mantener un peso adecuado, a reducir la grasa corporal, a fortalecer los huesos y los músculos, a mejorar la circulación sanguínea y el sistema inmunológico, y a retrasar el envejecimiento celular.

A nivel psicológico y emocional, el ejercicio mejora el estado de ánimo, la autoestima, la imagen corporal y la confianza en uno mismo. También favorece la liberación de endorfinas, sustancias que generan sensación de bienestar y felicidad. Además, el ejercicio ayuda a combatir el estrés, la ansiedad, el insomnio y la depresión, que son problemas frecuentes en las personas mayores.

A nivel social, el ejercicio facilita la interacción con otras personas, lo que favorece la creación y el mantenimiento de vínculos afectivos y de apoyo. Asimismo, el ejercicio permite disfrutar de actividades lúdicas y recreativas que aportan diversión y satisfacción personal. El ejercicio también mejora la autonomía y la independencia de las personas mayores, lo que les permite realizar las actividades cotidianas con mayor facilidad y seguridad.

Pero no todos los ejercicios son iguales ni adecuados para todas las personas mayores. Es importante adaptar el tipo, la intensidad, la duración y la frecuencia del ejercicio a las condiciones físicas, las preferencias y los objetivos de cada persona. Algunos ejemplos de deportes recomendados para las personas mayores son:

  • Andar: Es uno de los deportes más sencillos y accesibles para las personas mayores. Consiste en caminar a un ritmo moderado o rápido durante al menos 30 minutos al día. Andar mejora la resistencia cardiovascular, la capacidad pulmonar, el tono muscular y el equilibrio. También ayuda a prevenir la obesidad, el colesterol alto y la diabetes.
  • Bicicleta: Es otro deporte que se puede practicar al aire libre o en un gimnasio. La bicicleta fortalece los músculos de las piernas, mejora la coordinación y el equilibrio, y estimula el sistema circulatorio. Además, es un deporte divertido que permite disfrutar del paisaje y del contacto con la naturaleza.
  • Natación: Es uno de los deportes más completos y beneficiosos para las personas mayores. La natación trabaja todos los grupos musculares del cuerpo sin impacto sobre las articulaciones. También mejora la capacidad respiratoria, la flexibilidad, el equilibrio y la relajación. La natación es especialmente recomendable para las personas con problemas articulares o musculares.
  • Baile: Es una actividad física que combina el movimiento con la música y la expresión. El baile mejora la resistencia, la flexibilidad, el equilibrio, la coordinación y el ritmo. También estimula la memoria, la creatividad y la comunicación. El baile es una forma divertida y agradable de hacer ejercicio y de relacionarse con otras personas.
  • Petanca: Es un deporte tradicional que se puede practicar al aire libre en grupo. La petanca consiste en lanzar unas bolas metálicas lo más cerca posible de una bola pequeña llamada cochonnet. La petanca mejora la precisión, la concentración, el equilibrio y la coordinación. Además, fomenta la sociabilidad y el compañerismo.
  • Yoga: Es una disciplina milenaria que integra el cuerpo, la mente y el espíritu. El yoga se basa en la realización de posturas, ejercicios de respiración y meditación. El yoga mejora la fuerza, la flexibilidad, el equilibrio, la postura y la relajación. También ayuda a reducir el estrés, la ansiedad, el dolor y la depresión.
  • Aquafitness: Es una modalidad de ejercicio que se realiza en el agua con música y material específico. El aquafitness combina ejercicios aeróbicos, de fuerza, de flexibilidad y de equilibrio. El aquafitness aprovecha los beneficios del agua para reducir el impacto sobre las articulaciones, aumentar la resistencia y facilitar el movimiento. Además, es un ejercicio divertido y refrescante.

Estos son solo algunos ejemplos de deportes que las personas mayores pueden practicar para mejorar su salud y su calidad de vida. Lo importante es elegir un deporte que se adapte a las necesidades, las capacidades y los gustos de cada persona, y practicarlo de forma regular y supervisada por un profesional. Así, el deporte se convertirá en un hábito saludable que aportará beneficios físicos, psicológicos y sociales a las personas mayores.