Oliver Stone desata de nuevo su faceta política y de historiador –en cine- de la historia de su país con Snowden. El actor Joseph Gordon-Lewitt es el encargado de dar vida al ex militar en una cinta que narra su filtración a la prensa de documentos clasificados de la NSA a base de flashbacks que surgen, en el rodaje en la habitación de un hotel de Hong Kong, del documental Citizenfour, de Laura Poitras (Melissa Leo). Así se revisa la vida de Snowden desde una doble perspectiva: la profesional, que abarca desde el momento en el que intenta entrar en el ejército, para seguir con su entrada en los servicios de inteligencia, hasta llegar al robo de información clasificada que puso en evidencia la vulnerabilidad de nuestra intimidad. Incluida la intimidad del militar, y de aquí mana el segundo punto de vista que ofrece el filme, el personal, el que comparten Snowden y su novia, Lindsay (Shailene Woodley), y que el primero percibe amenazada, en el momento en el que pierde la inocencia (probablemente la mejor escena de la película). Stone aplaude claramente a Snowden, aunque también le achaca cierta ambigüedad en sus actos, y hacia todos los norteamericanos que, tras el 11S, despacharon un excesivo patriotismo del que se aprovechó el poder. https://www.youtube.com/watch?v=QlSAiI3xMh4