Este año, la Feria del Libro de Madrid cambia de manos. Tras doce años a la dirección, Teodoro Sacristán ha traslado el testigo a Manuel Gil Espín, que se estrena con una gestión aparentemente continuista, pero con ciertas novedades como el refuerzo de la presencia de booktubers para atraer al público joven o hacer la feria más sostenible. Una iniciativa esta última, que se basa en un acuerdo de la organización de la feria, que corresponde al Gremio de Libreros de Madrid, el Ayuntamiento de Madrid y la ONG Plantamos Árboles, así como con el asesoramiento de la consultora de medio ambiente Allcot, según ha informado la empresa en un comunicado.

Regalar árboles, contabilizar las emisiones y formar

La idea consistirá en que en esta 76ª edición de la feria, que estará abierta hasta el próximo 11 de junio y se compondrá de 367 casetas y 488 expositores (24 organismos oficiales, 24 distribuidores y venta a crédito, 63 librerías especializadas, 53 librerías generales y 324 editoriales), se repartirán 1.200 cepellones entre los visitantes, para la plantación de nuevos árboles, se medirán las emisiones a la atmósfera durante los días de celebración de la misma en el parque del Retiro de Madrid - y una vez conocidas las cantidades, se compensarán con proyectos en países del tercer mundo-, y se fomentarán las actividades medioambientales infantiles –organizadas especialmente por editoriales de Portugal, país invitado en esta edición-. De esta manera, se pretende compensar las emisiones de CO2 en el Parque del Retiro, lugar donde se organiza la feria, y protegido. Además, para la siguiente edición, Allcot diseñará un plan de reducción de emisiones, una vez que se hayan analizado los principales focos de emisión.