La pandemia del coronavirus ha evidenciado la necesidad de repensar los espacios urbanos para que sean más habitables y más sostenibles. El coronavirus ha revelado la relación entre la salud de la sociedad y la del propio planeta. La crisis sanitaria ha demostrado que las ciudades y su población no estaban preparadas para un confinamiento y su posterior desescalada. Expertos sostienen que las claves imprescindibles que las ciudades deben adoptar son la sostenibilidad pensada desde aspectos ambientales económicos y sociales.

El mundo pospandemia debe rediseñar las ciudades para que sean habitables ante diversas situaciones. La ciudadanía a nivel individual y colectivo puede jugar un papel esencial en el rediseño de las ciudades, diseñando un nuevo plan estratégico para renovar toda la docencia.

Según datos de las Naciones Unidas, el 55% de la población mundial vive en áreas urbanas, una proporción que se espera que aumente al 68% en 2050. Los expertos defienden nuevas medidas para pasar a ciudades neutras de carbono, más habitables y más saludables basadas en la planificación urbana y de transporte como: Mejoras en la diversidad, caracterizada por una mezcla de casas, tiendas, escuelas y lugares de trabajo, búsqueda de un mejor diseño que incluya conectividad e infraestructura para un mayor uso de la bicicleta, los traslados a pie y en transporte público, así como la utilización de automóviles eléctricos.

Además, sería necesario aumentar los espacios verdes dentro de las ciudades que darían lugar a beneficios obvios, como la reducción de la contaminación, la mitigación del calor, el ruido y la compensación de las emisiones. Para ello, es necesario involucrar a la comunidad en la planificación urbana y de transporte para darle un enfoque ascendente. Algunos gobiernos ya se plantean este concepto de lo que es una ciudad sostenible, habitable y saludable y cómo aplicarlo en los protocolos de actuación.