Manu Sánchez, uno de los periodistas más reconocidos de la televisión, se ha posicionado en el ojo del huracán después de que las redes sociales rescatasen uno de sus monólogos en los informativos para equipararlas al trasfondo del 'caso Rubiales', donde el presentador aludía a comportamientos “de toda la vida” al hacer mención a escenarios hipotéticos en los que impera el machismo. En la 'cara B', Jennifer Hermoso, principal víctima del escándalo, ha sido objetivo de vídeos e informaciones distorsionadas en las que se trataba de poner en duda si el beso fue consentido o no. Y, en mitad de un escenario tan convulso que ha evidenciado cómo el machismo, cuyo principal vehículo transmisor ha sido la televisión, continúa aferrándose al siglo XXI y lastrando los avances feministas de las últimas décadas, al tiempo que los crímenes machistas siguen estando a la orden del día teniendo que lamentar, en estas fechas del año, 40 víctimas mortales.

Este es tan sólo un resumen de lo que ha acontecido no sólo en el último año, sino en menos de un mes. Nuestros avances feministas, nuestro deporte y nuestros valores como sociedad se han visto expuestos e investigados con lupa ante el mundo entero debido al alcance de la polémica del presidente de la Federación, quien, lejos de disculparse y presentar su dimisión cuando todos pensaban que actuaría en consecuencia, culpó a la víctima, llamó “lacra” al movimiento feminista e intentó escudarse de su rol de máximo ejecutivo para mantener el cargo. Un puesto que, estando provisionalmente suspendido por la FIFA, aún conserva, a la espera del dictamen de las principales instituciones federativas y deportivas.

El estratosférico peso que está conllevando el caso, y que se ha comido la actualidad política prácticamente por completo, se ha trasladado a la calle. El intercambio de percepciones entre grupos de amigos, familiares o compañeros de trabajo es un mero reflejo de que, pese a ser una problemática acontecida en las grandes esferas, el machismo continúa siendo el centro de los debates; unos puntos de vista que, por dispares que sean, se trasladan a las redes sociales, e incluso a los medios de comunicación. Con el trasfondo persistente del caso de Luis Rubiales, se ha llegado a cuestionar si el beso en la Final del Mundial Femenino, justificado por muchos como un acto que se produjo en momentos de euforia y celebración, fue consentido, pese a que las imágenes muestran con total claridad lo contrario, que el presidente de la RFEF se echó encima de la jugadora y, posteriormente, le sostuvo la cabeza con ambas manos y la empujó para sí mismo.

"Hay un machismo latente"

Las palabras del presentador de Antena 3 no son más que otro ejemplo de que, por bienintencionada que quiera ser la reflexión, contiene un machismo intrínseco: "Lugar: vagón de tren. Delante de una mujer joven, con una maleta más grande que ella. A duras penas puede colocarla arriba. Ya saben dónde. ¿Le echo una mano como toda la vida? Ascensor. Se abre la puerta. Solo estamos ella y yo. ¿Dejo que pase primero como toda la vida? Entrega de premios. Uno para un hombre, se le da la mano. Otro para una mujer, ¿se le da dos besos como toda la vida?", se preguntó en directo ante su audiencia el pasado mes de mayo.

Un cúmulo de puntos de vista que ponen el foco en Jennifer Hermoso, quien, bien como señala la presidenta de Fundación Mujeres, Marisa Soleto, en conversaciones con ElPlural.com, “es habitual desviar la atención del agresor poniendo el foco en la víctima”. Todo ello después de que se hayan difundido unas imágenes de las campeonas ironizando sobre el beso forzado de la jugadora con Rubiales momentos después de la victoria, en pleno auge de la celebración eufórica. ¿Acaso la víctima puede no ser consciente de que ha sido agredida en los instantes posteriores a los hechos y sí serlo después al sopesarlo en frío?

Estamos acostumbradas a que se ponga en duda a las mujeres. Hay un machismo latente, pero también un desentendimiento de algunos hombres a estos comportamientos”, señalan desde Fundación Mujeres a este periódico. “Fuera cual fuera la actitud posterior que Jennifer Hermoso hubiera tenido tras la agresión sexual, nunca hubiera sido la que se esperaba de ella; si se hubiese mostrado devastada o triste, se la criticaría porque ‘no fue para tanto’ o se la consideraría una ‘exagerada’, en este caso, al haber querido poner en valor disfrutar de la victoria que acababan de conseguir, parece que no se muestra lo ‘suficiente afligida’ o que ‘tampoco fue para tanto’ por la actitud posterior que ha tenido la jugadora en los días siguientes a la agresión”, señala por su parte Marina Cortijo, presidenta de la Federación Mujeres Jóvenes (FMJ), en conversaciones con este periódico, a la par que advierte de que no es un caso aislado, puesto que resaltan los ejemplos de La Manada o Dani Alves, en los que también se dudó de la víctima en arduos juicios sociales.

Estos discursos reflejan el calado social que en la actualidad continúa teniendo el machismo

Los argumentos que aún demuestran el calado social que continúa teniendo el machismo hoy “ponen en evidencia el gran avance de derechos de la mujer”, según sostienen desde FMJ, ya que, hace apenas unos años atrás, los gestos de Luis Rubiales o el discurso en televisión de Manu Sánchez “hubieran pasado desapercibidos por gran parte de la sociedad”.

Negro balance de crímenes machistas: "El repunte llega a un nivel preocupante"

En unas circunstancias tan convulsas como las actuales, el machismo no sólo actúa disfrazado de palabras que intentan no ser malintencionadas y con comportamientos que parecían no ser lo que son, sino que se manifiesta en su peor versión: con asesinatos por violencia de género. A falta de confirmación oficial, en España ya serían 40 los crímenes por violencia machista en lo que va de 2023, si termina por sumarse el caso Alzira (Valencia), y teniendo en cuenta que al verano le quedan escasas semanas de vida, durante este periodo, han sido asesinadas 18 mujeres.

Desde que hay registros, a partir de 2003, ya se han contabilizado 1.223 víctimas mortales por violencia de género, según los datos del Ministerio de Igualdad. Tomando conciencia de la trayectoria que se está dando en este año, cabe remarcar cómo culminó 2022: con 49 víctimas, 11 de ellas asesinadas en el mes de diciembre. No obstante, la cifra más elevada se registró en 2007, con 76 mujeres asesinadas a manos de sus agresores.

Desde Fundación Mujeres apuntan a que el repunte de los últimos meses ya es “un nivel preocupante” y que cada caso debe estudiarse al milímetro. Asimismo, y ateniéndose a las cifras oficiales, sí que señalizan que las medidas adoptadas a partir del 2004 con la Ley de Violencia de Género lograron desembocar en “una época descendente”, pero su presidenta advierte: “No será suficiente hasta que no haya ningún caso”.

Añadiendo un punto de vista más, la presidenta de FMJ sitúa el foco de atención en los mecanismos de protección y protocolos de actuación ante casos de violencia de género, sobre los cuales urge una renovación: “¿Son suficientes? ¿Son realmente accesibles a todas las mujeres víctimas?”, plantea.

La televisión como vehículo transmisor involuntario

El machismo imperante en la sociedad española es una realidad que tiene como telón de fondo una cultura patriarcal muy arraigada en el tiempo. Si echamos la vista atrás, este tipo de conductas se han visto representadas en una imprescindible en los salones de nuestras casas: la televisión. Esa caja luminosa cargada de entretenimiento por un tubo, literalmente además en el caso de los dispositivos más antiguos, ha contado a lo largo de las décadas con la representación más fidedigna de lo que era habitual en las calles; es decir, siempre ha funcionado como un vehículo transmisor involuntario.

No es necesario remontarse a la televisión en blanco y negro, el bagaje del medio de comunicación por excelencia cuenta con múltiples ejemplos durante su era coloreada. En primer lugar, vamos a hacer alusión a un concepto que afortunadamente hoy puede considerarse peyorativo: "La mujer florero". Hubo una dilatada época donde era más que habitual ver a mujeres cuyas funciones eran similares a los elementos decorativos de los estudios de televisión. Para muestra, quedan aquellas escenas de 'Las Noches de Tal y Tal', donde un jacuzzi albergaba una escena hoy impensable.

Jesús Gil saludaba a su legión de seguidores cada semana rodeado de mujeres en bikini cuya función era meramente decorativa. Como se diría popularmente, "enseñar carne" estaba de moda en la televisión de entonces con un claro objetivo: atraer a todo aquel que quisiese "alegrarse la vista". Haciendo alusión a esta idea, tampoco puede obviarse el emblema de aquella Telecinco primigenia de 1990 con sus aclamadas Mama Chicho; es decir, un grupo de féminas exhuberantes cuya labor se basaba en bailar y cantar en paños menores al son de melodías ingénuamente provocativas.

Básicamente, los contenidos televisivos venían a mostrar en pantalla todo lo que ocurría en una España donde las mujeres se idenficaban sin pudor alguno con "el sexo débil". Es más, existen entrevistas hoy consideradas completamente arcaicas donde diferentes hombres hablaban abiertamente de que la violencia de género estaba justificada; de hecho, argumentaban que "una paliza" estaba justificada o que "habría que ver el daño psicológico" sufrido por los varones para llegar al punto de tener que agredir a sus parejas. Como es evidente, estas dinámicas quedaban completamente reflejadas en nuestra pequeña pantalla.

Cierto es que el tiempo ha ido pasando, pero la década de los 2000 seguía contando con determinados "fósiles machistas" en las diferentes cadenas de nuestro país. Existen un sinfín de ejemplos que intentaremos condensar en una breve línea temporal haciendo un repaso por los más recordados entre los televidentes.

- Los concursos de belleza estaban a la orden del día con 'Miss España' o 'Míster España' por bandera. Un grupo de atractivas personas posaban con todo tipo de prendas de ropa con el único objetivo de conseguir que todo el mundo se deleitase con sus atributos; pasarelas que fueron testigos de un sinfín de situaciones que hoy no serían tolerables bajo nungún concepto. Sucedáneo de estos eventos, nos encontramos con la puesta en marcha de 'Supermodelo' en Cuatro.

- Las azafatas, esas mujeres cuya labor tenía mucho más que ver con exibirse y contonearse por imposición. Siempre al lado de un hombre al mando de la batuta, todas ellas aparecían en escena para colaborar con el maestro de ceremonias titular y, curiosamente, siempre con muchas menos prendas de ropa que ellos: Jennifer Rope, Paula Vázquez o Raquel Meroño son solo algunas de una amplísima lista. A día de hoy, esta figura sigue siendo clave en 'La Ruleta de la Suerte', situación que suele convertirse en tema clave de conversación de manera recurrente.

- La deseada "chica del tiempo", antaño, siempre fue objeto de deseo por muchos varones; de hecho, era prácticamente un sinónimo del atractivo ideal para una mujer relegada a mera comparsa del hombre. Afortunadamente, hoy en día su profesión y formación en términos de meteorología es prácticamente la única idea que se debe vincular a todas ellas.

- En el imaginario colectivo quedan esas situaciones en las que la espectacularización de la mujer y el desnudo se convertían en protagonistas de un programa. 'Esta Noche Cruzamos el Misissippi' volvía de publicidad con esbeltas mujeres bailando tras paneles iluminados, Noemí Merino sufrió el tener que tirarse a una piscina llena de barro en bikini durante la emisión de 'Campamento de Verano', Yola Berrocal terminó mostrando sus pechos a todos los espectadores de 'Sálvame Deluxe', programa que también vivió un desnudo prácticamente integral de María Lapiedra. Estas situaciones son machistas, aunque en esas épocas no parece que se percibiese como tal.

Muchos lectores pueden pensar que, afortunadamente, todo está superado y la igualdad está a escasos centímetros de conseguirse, pero la realidad siempre supera la ficción. En primer lugar, porque la televisión sigue mostrando a la ciudadanía un eterno listado de comportamientos machistas como el escándalo de Luis Rubiales, hechos que ya se han descrito anteriormente. Para probar este planteamiento es necesario remontarse únicamente a una jornada antes de que se publicase el presente análisis: el miércoles 30 de agosto de 2023.

En plena localidad de Motirl, una mujer completamente anónima intentaba hacer ver a la audiencia de Telecinco que el beso forzado de Luis Rubiales a Jenni Hermoso carecía de importancia. Para evidenciarlo, argumentaba que ella, como mujer, podía "dar un piquito" al reportero José Domingo Bueno e incluso tocar sus partes íntimas: "Yo puedo hacerte todo lo que quiera, soy una mujer. Como cogerte de los huevos si quiero, ¡mira! ¿Y un hombre no puede? Pobre...". Un día después, el periodista se vio obligado a comparecer en directo para exponer algo que parece obvio: "Nuestro cuerpo no se puede tocar porque sí". Sin duda, todavía resta mucho camino que recorrer.