Este viernes 2 de agosto se cumple un año desde que el hijo del actor Rodolfo Sancho, Daniel Sancho, acabase con la vida, presuntamente, del cirujano colombiano Edwin Arrieta en la isla tailandesa de Koh Samui. Una noticia que no llegó hasta nuestro país hasta el sábado 5 de agosto. Un Daniel Sancho que entonces no superaba los 30 años y cuya información traumatizó a todo el país por ser el hijo del popular actor, y también nieto del aún más conocido intérprete, Sancho Gracia.

Desde aquel momento, el goteo de informaciones fue constante. La mayoría de ellas trataban sobre cómo avanzaba la investigación. Una investigación de la que se estaba encargando uno de los policías tailandeses más mediáticos, Surachate Hakpran, más conocido como Big Joke. Este, un año después, se encuentra suspendido de su profesión por una supuesta implicación en el blanqueo de capitales para una red de apuestas online. Y no es el único aspecto que ha cambiado en los 366 días que han seguido al día que tuvieron lugar los acontecimientos. Ahora, empieza la cuenta atrás para conocer la sentencia, que está prevista para el próximo 29 de agosto.

El 5 de agosto, el cocinero Daniel Sancho se entregó a las autoridades y confesó haber asesinado y desmembrado al colombiano Edwin Arrieta, de 44 años, aunque en el juicio únicamente se le reconoció lo segundo. Aunque aquella no era la primera vez que se personaba en comisaría, ya había acudido previamente a denunciar la desaparición de su compañero, al que había conocido a través de Instagram un año antes del fatal desenlace, en 2022.

Paralelamente, las autoridades emprendieron una investigación y, poco a poco, fueron dando a conocer los primeros detalles de la misma. El joven, autor confeso de los hechos, pasó entonces a disposición judicial y no fue hasta el 15 del mismo mes cuando se supo cuál era la acusación de la policía.

Según se dijo en un principio, en ese momento ya contaban con pistas de sobra para poder acusar al cocinero de asesinato premeditado, que, en Tailandia, está condenado con la pena de muerte.

Uno de los principales indicios que los investigadores lograron encontrar fue la adquisición de material de cocina por parte de Sancho días previos a que se cometiera el crimen. Según recogió la prensa entonces, el cocinero adquirió cuchillos, bolsas y guantes de plástico, entre otros materiales.

Entre esta y otras tantas pruebas, a finales del mes de agosto, la policía ya tenía las pruebas necesarias para poder acusar al chef de 29 años de asesinato premeditado. Sin embargo, algo que las autoridades no esperaban, hizo que se vieran en la obligación de posponer la entrega de su informe, que se habían comprometido a entregar el 1 de septiembre.

El contratiempo no fue otro que la ausencia de una prueba. Y no una prueba cualquiera, se trataba de una prueba crucial, dado que con ella determinarían si el hijo del actor había actuado solo o si terceras personas estaban implicadas. En cualquier caso, el único acusado en el caso fue únicamente Daniel Sancho.

Con la investigación finalizada y con el informe entregado, el joven chef fue acusado de tres cargos: asesinato premeditado, destrucción de documentación ajena y dañar y hacer desaparecer partes del cuerpo de la víctima. Desde entonces, Daniel Sancho tan solo se declara culpable del último de los delitos, pese a haber asegurado en un inicio que también acabó con la vida del cirujano colombiano.

Un caso de lo más mediático

Desde el mismo mes de agosto en el que la noticia dio la vuelta al mundo, una de las primeras personas que pasó a formar parte del equipo de abogados contratado por la familia Sancho fue Carmen Balfagón, habitual en tertulias televisivas y con un pasado político tanto en el PP como en Vox. La abogada se dedica al análisis televisivo de sucesos mediáticos, como el que ahora defiende, dada su trayectoria como abogada y criminóloga, dando al caos un aspecto más mediático aún si cabe.

La defensa la han llevado a cabo un equipo, una parte del mismo es español y otra tailandesa. Junto al despacho de Carmen, por la parte española de la defensa se ha creado un tándem en el que también se encuentra Marcos García-Montes. Su bufete de abogados presume de cuatro décadas de experiencia con más de 11.000 casos ganados y con clientes de la relevancia de Rocío Jurado y Ana García Obregón, entre otras celebrities.

Tanto Balfagón como García Montes, a principios de este 2024 y a espera de la celebración del juicio, protagonizaron uno de los hitos del caso. Ambos convocaron una rueda de prensa en la que denunciaron una serie de posibles irregularidades en la investigación policial.

“Daniel nunca confesó que había matado a Edwin Arrieta. Tenemos las pruebas y os lo puedo asegurar. Solo confesó, y por eso colaboró, que lo había desmembrado”, aseguró entonces la abogada. Y es precisamente una de las ideas que sustentan su defensa, que tiene como base principal desmontar la premeditación de la que acusaron desde el principio al chef y que podría suponer la pena capital.

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