Juan Carlos I le ha comunicado a Felipe VI este lunes su decisión de trasladarse fuera de España, después de las numerosas noticias que han ido saliendo en las últimas semanas sobre su fortuna y sus presuntas actividades ilegales. “Con el mismo afán de servicio a España que inspiró mi reinado y ante la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada, deseo manifestarte mi más absoluta disponibilidad para contribuir a facilitar el ejercicio de tus funciones, desde la tranquilidad y el sosiego que requiere tu alta responsabilidad. Mi legado, y mi propia dignidad como persona, así me lo exigen. Hace un año te expresé mi voluntad y deseo de dejar de desarrollar actividades institucionales. Ahora, guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones y a ti como Rey, te comunico mi meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España”, ha comunicado el rey emérito a Felipe VI, tal y como reza el comunicado que ha publicado Zarzuela.

Relacionado Lea aquí la carta con la que Juan Carlos I notifica su marcha fuera de España a Felipe VI

De esta manera, Juan Carlos I se ha unido desde este lunes a la larga lista de Borbones que se han tenido que exiliar de España desde que esta dinastía, de origen francés, llegara al torno de nuestro país, con la llegada de Felipe, duque de Anjou, allá por el año 1700. Desde entonces, han reinado de manera ininterrumpida excepto durante la ocupación napoleónica (1808-1813), el Sexenio Revolucionario (1868-1874), la Segunda República (1931-1939) y la dictadura de Francisco Franco (1939-1975).

Carlos IV (1788-1808), Fernando VII (1813-1833), Isabel II (1833-1868), Alfonso XI (1875-1885), Alfonso XII (1886-1931) y Juan Carlos I (1975-2014), todos ellos han reinado en España y han tenido que exiliarse en el extranjero en algún momento de sus vidas. Todos a excepción de Felipe V (1700-1746), Fernando VI (1746-1759), Carlos III (1759-1788) y, de momento, el propio Felipe VI.

Especial atención merece Carlos III, sobre el que cabe recordar que es el tercer hijo varón de Felipe V y accedió al trono tras las muertes de Luis I y Fernando VI. Apodado como “el político” o “el mejor alcalde de Madrid”, durante su reinado tuvo que adaptar su mandato a un programa ilustrado y enfrentarse a la Guerra de los Siete Años (1756-1763) y a la Guerra de Independencia de los Estados Unidos (1776-1783), como acontecimientos más destacados.

Falleció el 14 de diciembre de 1788 en Madrid, y hoy en día se le recuerda como uno de los mejores monarcas que ha tenido España y representante del despotismo ilustrado, impulsando políticas de reformas que permitieron al país superar en gran parte su grave atraso económico. Tal es su legado, que una de las primeras cosas que hizo Felipe VI​ cuando ascendió al trono fue cambiar el retrato de Felipe I de Parma, obra de Jean Ranc, que había situado detrás de su sillón de la Zarzuela, por uno de Carlos III, de Mengs, perteneciente a la colección del Museo del Prado.