El incendio del edificio de Nou Campanar ha costado diez vidas humanas pero, además, más de 70 mascotas han perecido con el humo y las llamas. Sin embargo, este viernes, más de una semana después se ha vivido uno de los momentos más emotivos, casi milagroso, cuando los bomberos han podido rescatar con vida a un gato, el gato 'Coco' que, contra todo pronóstico, ha sobrevivido solo más de siete días en uno de los pisos de esta finca para alegría inmensa de Andrea, su dueña, que se ha fundido en un abrazo con su gatete cuando ha visto que seguía con vida.

El minino ya está con su dueña desde las doce y media del mediodía. Según ha podido saber ElPlural.com de fuentes de toda solvencia, Coco pudo aguantar con vida porque el piso en el que convivía con su dueña es de los poquísimos que no fue arrasado por las llamas. Otro tema es cómo aguantó el humo, se cree que debió esconderse en un lugar al que este humo no llegó. Un humo que ha matado no solo a las personas fallecidas sino al resto de mascotas que quedaron atrapadas en el incendio. "Lo dábamos por perdido", decía Andrea entre lloros.

Los bomberos consultados por este periódico tildan de "casi milagroso" lo que ha sucedido con este gato, pues no solo soportó el humos y las altas temperaturas del incendio, sino que ha logrado sobrevivir, solo, sin comida ni agua, la friolera de ocho días hasta que los bomberos ham entrado en el piso para rescatar los enseres de la dueña del animal. Una historia con final feliz dentro de uno de los mayores dramas que se recuerdan en Valencia.

El Barrio recupera la sonrisa

Poco a poco, El Barrio de está recuperando. A veces la vida se reduce a encontrar unos pendientes medio quemados. Eso es lo que pensó una de las vecinas del edificio calcinado que, tras abrir la caja fuerte, solo pudo recoger los restos del complemento. Otras veces, son las lágrimas que no pueden evitar caer por las mejillas de una mujer al encontrar su anillo de boda intacto. Pequeñas historias de vida que se están viendo con los vecinos que han logrado recuperar algo, aunque sea lo mínimo, de sus casas ahora calcinadas en el edificio de 14 plantas que ardió el jueves pasado y que ha dejado 10 fallecidos, y que, pese a que el silencio en el barrio siga siendo estremecedor, han provocado las primeras sonrisas entre aquellos que lo han perdido todo.

Unas sonrisas bañadas en lágrimas que no dejan de ser las primeras sonrisas que ve el barrio desde hace ocho días, aunque el silencio siga sobrecogiendo el alma. Son en momentos como los que se están viviendo, a pie de incendio, cuando uno es consciente de que puede perderlo todo en cuestión de minutos. “Las fotos. Hemos perdido las fotos” es la frase más escuchada. Parece una tontería pero no lo es. Las fotografías son los recuerdos físicos de toda una vida. Perder la instantánea que se hizo tu abuela en los años 40, la única que tienes de ella junto a la de su lápida, rompe el alma de quien sabe objetivamente que solo su recuerdo de esa persona será lo que perdure. Pero dentro de la tragedia hay rayos de esperanza, como encontrar la caja de los legos de tus hijos intacta.