Historia del deporte español. Un título que encumbra a un grupo de 23 jugadores que han escalado, no exentas de dificultades y trabas durante el camino, hasta la cima del fútbol mundial. España es Campeona del Mundo, el único país junto con Alemania en conseguirlo tanto en su sección femenina como en su masculina. Otro hito más para el deporte patrio. Sin embargo, cuando el foco debería estar sobre Olga Carmona, Salma Paralluelo, Aitana Bonmatí, Alexia Putellas o Mariona Caldentey, entre otras heroínas del fútbol femenino español, es el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, el que se ha llevado todos los focos por una acción de machismo puro y duro, tras besar en la boca a Jenni Hermoso en el pasamanos de autoridades previo a recoger el cetro mundial. Unas actitudes que no sólo se han encontrado con su rechazo en España, sino que han trascendido fronteras y han colapsado también las portadas de los principales diarios -deportivos y generalistas- del mundo.

Los tres pitidos certificaron el hito: España se coronó campeona del mundo. Lo hizo tras derrotar por 1-0 a Inglaterra, con un golazo de Olga Carmona después de una intensa presión para recuperar la pelota. Primer gran título para el combinado absoluto femenino de España. Un hecho histórico cosechado por un grupo de jugadoras que no es que hayan roto el techo de cristal, es que lo han destrozado. Una victoria dedicada a todas aquellas niñas que soñaban con jugar al fútbol como los hombres, pero que se toparon con el corsé de la dictadura franquista y el machismo recalcitrante que incluso a día de hoy perdura en algunos estratos de la sociedad.

Bochorno mundial

Precisamente ese machismo aún latente ha robado el protagonismo a las 23 futbolistas que han escrito su nombre en letras doradas en el mundo del fútbol. Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), se ha erigido como el actor protagónico de la primera estrella que estampa el combinado nacional en su camiseta. Lo hizo cuando, en la celebración del primer mundial de la historia del fútbol femenino patrio, en el pasamanos de autoridades rutinario antes de alzar al cielo de Sidney el entorchado mundial, felicitaba efusivamente a todas las jugadoras, hasta llegar a Jennifer Hermoso. Con ella, la imagen fue más dantesca aún, pues después de un efusivo abrazo, la besó en la boca en lo alto del podio dejando una fotografía para los anales de la historia. Un episodio negro que se esperaba ya erradicado, pero no.

Lo que debía de ser un día para la historia y un paso más en la lucha por la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres, se convirtió en una jornada salpicadas por los brochazos del machismo que subyacen en la figura de un Luis Rubiales que no ha estado exento de polémicas en los últimos años. Su acción con Hermoso ha trascendido las fronteras españolas, con las grandes cabeceras informativas dedicándole un espacio considerable en portada. Diarios del calado de The New York Times, la CNN, L’Équipe o The Guardian son algunos de los medios de comunicación internacionales que han recogido la fotografía del bochorno y que ha eclipsado la importancia que imprime el triunfo en una competición como un Mundial.

Los más duros han sido los franceses del diario deportivo L’Équipe. El prestigioso rotativo galo titulaba la pieza informativa de la siguiente manera: “El jefe de la Federación española besa por la fuerza a una jugadora en la boca”. En el interior del artículo, reflejan que “el gesto ha dejado polémica al otro lado de los Pirineos” y se hacen eco de las reacciones posteriores de Hermoso, que dejaba claro que no le había gustado. “¿Qué iba a hacer?”, deslizó la jugadora, antes de que la RFEF filtrara a la Agencia EFE unas presuntas declaraciones de la propio Hermoso en las que quitaba hierro al asunto. De hecho, los galos recuerdan que ni tan siquiera existe una relación sentimental entre ambos, certificando el beso sin consentimiento, además de hacerse eco de la publicación del diario El Mundo que situaba a Rubiales en orgías pagadas con dinero del ente federativo.

El diario británico The Guardian sigue la línea de sus colegas franceses. “El beso del presidente de la federación desata la indignación tras el final del Mundial femenino”, titulan los ingleses. Con menos dureza, pero con un estilo más literario, trata la información The New York Times, que titula su pieza con “un beso después de la victoria de España en el Mundial hace que muchos lloren”; en alusión al machismo implícito en la acción del propio Rubiales. Forbes recoge las palabras posteriores del máximo responsable del fútbol español, en las que justifica su comportamiento y carga contra quienes le critican al son de no hacer caso a los “tontos e idiotas”.

Rubiales The Guardian