Ya está. Lo han conseguido. Han hecho historia y todas las portadas de la prensa deportiva deben ser para ellas. La Selección española de fútbol femenino se ha proclamado campeona de la Copa Mundial de Fútbol de 2023, imponiéndose por un gol a cero al combinado inglés en un disputadísimo encuentro en tierras australianas que sirve para bordarse la primera estrella en el pecho. 

El partido de las españolas se ha planteado con mucha valentía. Sin miedo a jugarle de tú a tú a un rival de grandísima altura, con combinaciones rápidas y mucha hambre. Una intensidad que se ha visto recompensada cuando, en el minuto 29, salía de la bota de Tere Abelleira un exquisito cambio de juego que controlaba Mariona, que inmediatamente habilitaba a Olga Carmona en el flanco izquierdo del área. La lateral del Real Madrid se inventaba un genial disparo al palo opuesto, ante el que Mery Earps no pudo hacer nada. 1-0 en el marcador y la euforia de todo un país completamente desatada.

Tras el gol, no cesó el intercambio de golpes en un encuentro que continuó siendo frenético y dinámico, con constantes ocasiones de gol y contragolpes para ambos combinados nacionales. Justo antes del descanso, Salma Paralluelo tuvo en sus botas el 2-0, con un remate en semiescorzo que se iba fuera lamiendo la cepa del poste. Las sensaciones al término de la primera parte eran buenas: el conjunto español se iba al túnel de vestuarios con ventaja, y habiendo hecho unos mejores 45 minutos que las británicas.

La segunda parte arrancó en la misma línea que la primera, con un vendaval de oportunidades, muchísima verticalidad y un constante 'uy' en todas las casas. Un gran disparo de Mariona tras una buena combinación colectiva y un recurso de calidad en la frontal del área hacían emplearse a fondo a Mery Earps, que mandaba a córner la primera ocasión de las nuestras. Poco después, en el 55', Lauren Hemp nos hacía temblar con un remate que se marchaba fuera por poco, aunque el tanto no hubiera contado por estar en posición antirreglamentaria.

Un penalti fallado, una masterclass defensiva y máxima tensión hasta el final

El momento más tenso de la segunda parte llegaba en el minuto 64. Una jugada de Salma desataba la polémica y las protestas de las españolas por una posible mano dentro del área de las inglesas. Tras varios minutos de incertidumbre, se confirma: hay penalti, y era Jenni Hermoso la encargada de ejecutar la pena máxima. Eaps adivinaba la trayectoria del lanzamiento y evitaba que el segundo tanto de España subiera al luminoso, dando un importante espaldarazo de moral a las lionesses.

Los últimos minutos del partido sacaron a relucir la fortaleza defensiva de La Roja, que aguantó con una firmeza encomiable las desesperadas acometidas de las inglesas por igualar el encuentro. Huelga decir que tuvo más trabajo la línea de cuatro que Cata Coll, ya que más allá de varios centros al área, la guardameta del Fútbol Club Barcelona no tuvo que realizar demasiadas intervenciones. 

En el tramo final, saltaba al terreno de juego la doble ganadora del balón de oro, Alexia Putellas, recién recuperada de una importante lesión en el ligamento cruzado. Este cambio supuso una inyección moral y física para las españolas, que se lanzaron al ataque con especial insistencia tras su ingreso en el campo y durante los trece (sí, trece) minutos de tiempo extra que dictaron las colegiadas. Pese a ello, no hubo suerte, y no pudo materializarse un segundo gol que terminase de matar la final. Tocaba sufrir hasta el último segundo.

Minuto 13 del descuento, 103 del tiempo reglamentario. Las inglesas se aproximan al área por última vez, y un saque de banda ya fuera de crono les da su última oportunidad de mandar el encuentro a la prórroga. No consiguen formar una jugada, pero sacan un córner, que, ahora sí, es el último.

Las lionesses prueban suerte con un balón aéreo que no logra contactar ninguna de sus jugadoras y, en una de sus pocas pero cruciales intervenciones, Cata Coll se apodera del esférico y lo duerme en el césped del Sydney Football Stadium. Todas miran al cuerpo arbitral y el banquillo español se prepara para salir en desbandada hacia el terreno de juego.

Se oye el pitido final.

Lo han conseguido.

España ya es, desde hoy y para siempre, campeona del mundo de fútbol femenino. Enhorabuena a las campeonas no sólo por la gesta de este torneo, sino también por el esfuerzo que han protagonizado contra viento y marea y por haber sido referentes y modelos a seguir para millones de mujeres y niñas no sólo en España, sino en todo el mundo.