Este lunes, el Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC) ha revelado que el número de casos de virus del Nilo Occidental (VNO) en España ha superado las cifras de temporadas anteriores. A finales de julio, ocho países europeos reportaron un total de 69 casos humanos de infección por VNO, con un notable aumento en Grecia (31 casos) e Italia (25 casos), mientras que España registró 5 casos. Además, se han comunicado ocho fallecimientos relacionados con el virus, distribuidos entre Grecia (5), Italia (2) y España (1).
El número total de casos notificados en Europa durante el año está dentro de lo previsto, aunque los casos en Grecia y España han mostrado un incremento respecto a años anteriores. Los indicadores clínicos y de gravedad se mantienen similares a los de temporadas pasadas, y todas las regiones afectadas este año ya habían sido impactadas en ocasiones anteriores o colindan con áreas que también han reportado casos.
Condiciones meteorológicas favorables anticipan más infecciones
Dada la situación climatológica favorable en Europa, se anticipa un incremento en los casos de VNO en las próximas semanas y meses. El VNO se transmite principalmente por la picadura de mosquitos infectados. Aunque la transmisión es más común entre las aves, los humanos y otros mamíferos también son susceptibles a la infección. Aproximadamente el 80% de las infecciones en humanos son asintomáticas, concentrándose la mayoría de los casos entre julio y septiembre, coincidiendo con la actividad más intensa de los mosquitos.
El mosquito 'Culex pipiens', responsable de la propagación del VNO, es originario de Europa y se encuentra ampliamente distribuido por el continente. Aproximadamente el 20% de las infecciones en humanos pueden desencadenar la fiebre del Nilo Occidental, presentando síntomas como dolor de cabeza, malestar general, fiebre, vómitos y fatiga. Menos del 1% de las infecciones pueden provocar enfermedades graves que afecten al sistema nervioso.
Para prevenir la infección por el VNO, se recomienda el uso de repelentes de mosquitos, vestir ropa que cubra la mayor parte del cuerpo y dormir en habitaciones protegidas con mosquiteras o aire acondicionado. Estas medidas son esenciales para reducir el riesgo de transmisión y proteger la salud pública frente a este virus de creciente incidencia en el continente europeo.