El ciclo menstrual engloba una serie de cambios en el organismo de las mujeres. Así, a lo largo del ciclo se producen cambios en la producción de grasa de nuestras glándulas sebáceas, lo que tiene una repercusión directa en el cabello. Aunque son muchas las variaciones y alteraciones que se producen durante el ciclo, este artículo va a estar centrado en su impacto en el cabello.

Los cambios en la producción de grasa hacen que el pelo pueda verse más graso o más seco según el momento del ciclo nos encontremos, tal como detallan expertos de Hospital Capilar. Así, en los primeros catorce días del ciclo, el cabello estará más graso, mientras que en los últimos catorce, tendrá un aspecto más limpio y brillante. Durante la menstruación, pueden aparecer anemias derivadas del déficit de hierro en casos de sangrado abundantes, lo que puede conllevar a padecer alopecia ferropénica o sideropénica.

La calidad del cabello tiene una vinculación directa con nuestro estado en general, y en el caso de las mujeres, uno de los factores que favorecen la caída del pelo son las causas hormonales, que suelen afectar a entre un tercio y la mitad de la población femenina.

“Antes de la ovulación, el nivel de estrógenos es alto y, por ello, el cabello se presenta saludable y con más brillo y volumen. Sin embargo, en los días previos al periodo, se disparan los niveles de progesterona, conllevando un aumento en la producción de sebo, que incrementa la grasa en el cuero cabelludo. Durante la menstruación, se mantienen estos niveles altos y disminuyen los de estrógenos, manteniendo el cuero cabelludo graso y volviéndolo más sensible”, explica el doctor Francisco Pilo, de la clínica Hospital Capilar.

Por ello, los niveles de hormonas van fluctuando a lo largo de todo el mes, impactando en otros sistemas del cuerpo. Además, el doctor añade que “estas hormonas provocan cambios en las fases de crecimiento del pelo, algo que se ve durante el embarazo, donde se puede apreciar un cabello más denso y nutrido por el aumento de estrógenos y progesterona y, por el contrario, en el postparto, se observa un efluvio provocado por la caída drástica de estas hormonas”.

Por su parte, los andrógenos provocan un adelgazamiento progresivo de los folículos capilares, hasta convertirlos en un pelo fino y falto de vigor. Por ello, las mujeres con el Síndrome del Ovario Poliquístico (SOP), al tener un exceso de estas hormonas anormalmente alto, son más tendentes al cabello graso, al hirsustismo (crecimiento excesivo de vello en zonas como la cara, pecho y espalda) y a desarrollar alopecia androgenética. Esta alopecia afecta, en concreto, a un 25% de las mujeres a lo largo de su vida y provoca que el cabello se vaya debilitando, minimizando de forma progresiva y creciendo con menor fuerza.

En el caso de las mujeres que toman píldoras anticonceptivas, es importante destacar que ésta regula el ciclo hormonal y, por ello, se pueden paliar las posibles alteraciones capilares derivadas de estas hormonas, además de aportar estrógenos que inducen al crecimiento del cabello.

Cuidar el pelo en función del ciclo menstrual

El pelo y las hormonas de cada mujer son diferentes y, además, pueden encontrarse influidas por muchos otros factores, como la alimentación, la contaminación o la exposición solar. Sin embargo, para ayudar a que nuestro cabello luzca más sano y brillante durante el periodo más afectado en el ciclo menstrual, se pueden utilizar tratamientos de hidratación, como mascarillas nutritivas, aceites hidratantes y acondicionadores, o recurrir al champú para cabello seco o graso en función del periodo.

La alimentación sana y equilibrada también es fundamental para que el cuidar el pelo, controlando los niveles de hierro y fomentando la ingesta de alimentos ricos en el mismo, como legumbres, huevos, cereales, carnes, salmón o pistachos.