Los videojuegos permiten al usuario experimentar muy diversas realidades que no podrías de otro modo, en primera persona. Ser un soldado del ejército Aliado en la Segunda Guerra Mundial, marcar un gol en el Bernabéu, ser Lara Croft, rescatar a la princesa Peach de un dragón… Sin embargo, no todos los videojuegos son accesibles para todas las personas. En este sentido, Juanjo González, el creador de un videojuego de Play Station para personas con parálisis cerebral, asegura en una entrevista en Alma, la red social, que “tienen magia”.

El juego se llama Arcade Land. Su protagonista, “Jake, tiene que ir por diferentes zonas del mapa superando unos retos. Y cada reto es un videojuego basado en los más jugados de la historia, como el Pac-Man, el Space Invaders o el Snake”. González señala que “está adaptado al mando de la PlayStation 4 para personas sin movilidad reducida, pero también a la PlayStation Camera”.

El creador relata a Alma, la red social cómo surgió la idea, y señala que, al salir de Microsoft, en el 2014, “me apetecía hacer un proyecto diferente” y que “demostrase que los videojuegos potencian valores y actitudes”. A su juicio, “aprendemos las cosas más elementales jugando” y “quisimos incluir a todo tipo de colectivos en esta experiencia”.

Juanjo González ha destacado “el apoyo de Sony” y de la Obra Social la Caixa, que financió los primeros gastos del desarrollo del juego “incluyéndonos dentro de su programa de emprendimiento social”.

El juego ya está disponible en descarga digital por 5 euros. De hecho, “en EE. UU., Australia y Reino Unido, algunas clínicas ya están trabajando con el videojuego con pacientes. En España, estamos empezando: hemos cerrado un acuerdo con el Hospital Niño Jesús de Madrid y nos estamos planteando desarrollar iniciativas más enfocadas a grupos”.

González dice que todos los niños y jóvenes “quieren jugar con videojuegos” pero “hay muchas barreras que lo impiden”, y precisamente su creación salva dicho obstáculo. “El simple hecho de que una persona con discapacidad consiga jugar por sí sola puede llegar a representar una terapia”, sentencia.