Mientras, eso sí, una de las nietas del Jefe del Estado se educará en un elitista internado inglés para señoritas, y el ministro-tertuliano Wert insistirá en que el negocio económico-religioso de la escuela segregada no discrimina a nadie y puede ser financiado con dinero público. Pero nada de esto es ideológico, sino que –dirán- va de suyo con la libertad de enseñanza.
La excusa de las administraciones para los recortes es la crisis económica y la necesidad de austeridad (ya saben, la cantinela de siempre del presidente Rajoy: no podemos gastar lo que no tenemos), pero lo cierto es que detrás de los recortes está la estrategia ideológica del fundamentalismo neoliberal y una decisión política del gobierno del PP que elige dónde imponer esa austeridad y dónde no, de dónde recortar y de dónde no, a quiénes desamparar y a quiénes proteger y blindar. Y la escuela pública, ésa donde puede estudiar cualquiera, no está entre sus prioridades desde luego.
Jesús Pichel es filósofo