¿Que por qué cuento esto? Pues porque con fecha 29 de julio de 2011 -más de un año después de haberla solicitado- la viceconsejera de Asistencia Sanitaria de la Comunidad de Madrid le denegó esta prestación alegando que “en los informes médicos aportados [¡¡que son exactamente los mismos que viene presentando desde que está en vigor la normativa que regula la concesión de este tipo de prestación!!] no constan las deformaciones que justifiquen la necesidad de zapato ortopédico a medida y no otro tipo de calzado”.

Cuando mi mujer recibió esta notificación decidió interponer un recurso ante una decisión tan descaradamente arbitraria e incoherente con actuaciones anteriores, pero la convencí sin excesivo esfuerzo por mi parte de que, aunque le asistía todo el derecho y le avalaba toda la razón para efectuar la reclamación, no lo hiciese en consideración al estado de necesidad que muchos madrileños están atravesando por causa de la crisis económica a lo que ella, tan pronto se le pasó la indignación producida por la injustificada y discriminatoria denegación administrativa de la que había sido objeto, se unió de forma  decidida.

Pero -¡mira por donde!- viene ahora Esperanza Aguirre, este personaje “liberal” de pacotilla que nos gobierna por la voluntad de la mayoría de los madrileños y nos adelanta que está estudiando una posible rebaja en el tramo autonómico del IRPF para este mismo año. ¿Es así como la presidenta de Madrid compra la voluntad de quienes la votan? ¿Sabrán estos ciudadanos que las migajas que les ahorrará su presidenta en el impuesto sobre la renta es el que, a su vez, ella se ahorra al no atender las prestaciones sociales de aquellos que legalmente tienen derecho a ello? ¿Serán conscientes los que votan a esta “lideresa” nacional que ellos mismos -o sus seres queridos- podrían ser los que el día de mañana necesiten la ayuda y que ésta no podrá ser atendida porque hoy aplauden con las orejas la decisión de una exigua rebaja fiscal pero que, al hacerse indiscriminadamente, mermará de forma sustancial los caudales públicos madrileños?

Pero con ser todo ello lacerante, lo más triste y esperpéntico de esta historia es que a Esperanza Aguirre -como viene demostrando con su proceder- le importan un comino las prestaciones sociales de sus conciudadanos y, mucho menos que un bledo, que éstos paguen menos impuestos a la Hacienda autonómica, porque lo que realmente le interesa a la “lideresa” es su batallita personal con el presidente de su partido, Mariano Rajoy, y si éste ha subido el impuesto sobre la renta a todos los españoles ella pretende significarse bajándoselo a los madrileños. ¡Política de ¿altos vuelos? al servicio de una actitud rampante!

Gerardo Rivas Rico es licenciado en Ciencias Económicas