Los paraísos fiscales o los grandes escondrijos de las ganancias ilícitas
Los denominados con escasa fortuna paraísos fiscales no son más que escondrijos de dinero proveniente, en su mayoría, de operaciones en dinero negro, narcotráfico, trata de blancas, tráfico de armas, cohechos, prevaricaciones, cobro de favores ilícitos u otras muchas actividades corruptas y que, además, se oculta a las autoridades públicas para no someterse a su control y al pago de los correspondientes impuestos.
Rebajar una precaria jubilación o acabar con los paraísos fiscales; esa es la cuestión
A la vista de la escabrosa realidad de los centros de ocultación de la riqueza ilícita, no es en absoluto demagógico sostener que ningún salario o jubilación de personas trabajadoras y honestas debería ser rebajado, en tanto exista este auténtico terrorismo económico. Si en su día, el anterior presidente norteamericano decidió, con el apoyo de otros muchos países occidentales, invadir una nación porque decía que poseía armas de destrucción masiva ¿qué cabría hacer en aquellos países que albergan paraísos fiscales que son auténticas bombas de relojería para desencadenar en un tiempo no determinado, pero seguro, la mayor confrontación social de la historia? Y no haría falta invadir ningún país. La operación sería incruenta y bastaría, únicamente, voluntad política para llevarla a cabo.
Han transcurrido dos largos años desde que hice estas afirmaciones y a medida que he vivido -de momento a través de los demás- el sufrimiento originado por los nefastos efectos de la crisis en forma de miedo, depresión, inseguridad, desesperación e, incluso, hambre física estoy más convencido de que la eliminación radical de estos paraísos fiscales es condición absolutamente necesaria para empezar a superarla. ¡¡Invasión incruenta de los paraísos fiscales, ya!!
Gerardo Rivas Rico es licenciado en Ciencias Económicas