La verdad es que el papelón era de un descomunal tamaño. Cuando hace un año España sufrió el mayor ataque conocido, de los mercados, el PP de Mariano Rajoy, con la sorpresa de toda Europa, votó en contra de las medidas de ajuste que proponía el Gobierno de España, a fin de salvar la delicadísima situación. Ya no nos acordamos de lo que tuvo que hacer el gobierno para salvar la economía española, de los movimientos especulativos que se produjeron en menos de 24 horas.

Eso que llamamos mercados, ven el terreno abonado para sus ataques, cuando no hay consenso entre gobierno y oposición. Si en España ocurre lo mismo, tal y como el PP lo tiene diseñado, cuando llegue al poder tendrá que tomar las medidas que ahora se niega a apoyar, incluso más duras, porque a la situación económica habrá que añadir sus políticas neoconservadoras. Le pasará lo que a la derecha en Portugal: que tendrá que tomar medidas más drásticas que las que hoy niega.

Estoy seguro que se encontraba muy incómodo por el resfriado. Pero más incómodo aún, por sus posicionamientos, imposibles de hacerlos comprender. Es la política exterior que tanto recrimina a Zapatero. Es el prestigio de España.

Julio García-Casarrubios Sainz
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