Lo primero que he de decir, es que se ratifica mi análisis de que el enemigo es el Mercado. Un Nuevo Mercado perfectamente ahormado en torno a las corrientes ultraliberales, dimanadas del sector más conservador de los poderes económicos y políticos de EE.UU. (el Tea Party , del partido Republicano), de los lobbys judíos de New York y Washington, de los prestamistas: los fondos de inversión, los fondos de pensiones, los fondos soberanos y los fondos de altos riesgos. Contando este entramado, con sus instrumentos, que hacen de policías económicos del mundo, cuales son: las agencias de calificación económicas (Estándar&Poor, Moody´s y Fitch). Y este Nuevo Mercado, operando de sus bases tradicionales: Wall Street y la City londinense, han penetrado de banqueros y economistas neoliberales extremos, a las instituciones económicas mundiales. Y a la vez, han favorecido un corrimiento ultraconservador e inmisericorde al FMI,  a los bancos centrales, especialmente al BCE, a los gobiernos europeos. Italia es un ejemplo de lo que digo; Mario Monti, un banquero, que fue director Europeo de la Comisión Trilateral, un lobby de orientación neoliberal, además de alto directivo de Goldman Sachs, en el tiempo que este banco ayudó a Grecia a ocultar sus cuentas. Pues Mario Monti es hoy primer ministro de Italia y ministro de economía, sin pasar por las urnas.


Y esta “ola” que galvaniza el Nuevo Mercado Brutalista, quiere conseguir tres objetivos sustanciales: 1º Desmontar el Estado del Bienestar Europeo. En un encuentro entre los aspirantes a la nominación republicana, en la Universidad de S. Anselmo; le preguntaron, al que ya es el candidato del partido Republicano de los EE.UU. , Mitt Romney, sobre Obama, y su respuesta fue acusar al Presidente Barack Obama de “meter al país en el declive, al tratar de llevar a EE.UU. el nefasto Estado del Bienestar Europeo”. 2º Hacer recaer toda la carga de la culpa sobre los estados, desprestigiando la democracia, enfrentándolos a sus sociedades y haciendo ver que éstas sociedades no son aptas para elegir a sus dirigentes, en la nueva época, que ese Nuevo Mercado, ha diseñado para el futuro, devaluando la política y esclerotizando a los Estados. (La vieja escuela de Michigan del “Estado mínimo”). 3º En el nuevo Modelo no cabe la compasión humana. Valoran al ser humano en razón de los costes y beneficios que puedan aportar y los que no puedan hacerlo, o viven de la caridad o es mejor que se mueran. No entienden de la solidaridad humana.

Estas ideas que digo, creo que son muy importantes para saber de qué va este baile que tenemos que bailar. Europa no es el enemigo. Es verdad que las corrientes ultraliberales han penetrado a dirigentes europeos, que copian y mimetizan los dictámenes del Nuevo Mercado, pero a fuerza de pensar en positivo, sólo nos queda la Europa del Eurogrupo.

España es el paradigma de lo que está pasando y de lo que pasará. La burbuja del crédito (en el período de la abundancia irracional del antiguo mercado) por una parte y el inflamiento del valor de las cosas y de las masas dinerarias, fuera de los circuitos regulados del anterior mercado. (Las dos verdaderas burbujas, produjeron la Gran Crisis del 2008). Y en España arrastró e hizo estallar la irracionalidad del proceso productivo edificatorio y la compra de viviendas y como consecuencia destruyó el monocultivo productivo del ladrillo, produciendo en estos 4 años pasados, una explosión espectacular del desempleo. (parece que las dos burbujas, tuvo que ver más que el nefasto Estado del Bienestar Europeo, en el destrozo del empleo en España).

Pues bien, decíamos que España es el paradigma, porque nuestro país, hasta la llegada de la gran crisis del 2008 tenía una buena imagen, sobre todo hacia Latinoamérica y el Magreb, la de un país próspero donde funcionaba suficientemente bien el Estado del Bienestar. Y esta España, con una gran dimensión dentro de Europa y la octava economía mundial en la etapa anterior al estallido de las burbujas. Era pieza exquisita para el Nuevo Mercado, para desmontarla, aprovechando sus debilidades y hacerla el banco de pruebas para el descrédito de las políticas del Estado del Bienestar Europeo. Y ser el rejón de muerte a la unión monetaria (Euro), dividir más a Europa y condenar a nuestro continente a decenas de años futuros, de nacionalismos inoperantes y endebles (aunque uno de esos nacionalismos se llame Alemania).

Todas estas reflexiones anteriores, creo que son necesaria, porque evidentemente son una más de las visiones que circulan en este universo de la crisis. Pero a mi me da pie de sacar conclusiones y proponer medidas. En Europa, actuar en dos frentes: en el político y en el económico. En el político, comenzar diciendo que los europeos no comprendimos que la unión de la moneda conllevaba una unión política superior. Conseguimos un único y gran bolsillo, pero seguimos como un monstruo de 17 cabezas. Ahora llega el momento, no habrá otro mejor, aunque a algunos le parezca paradójico de ahormar una nueva Europa. Porque la crisis en Europa, además de económica, fundamentalmente es política y a la cabeza de esta convergencia política, ha de estar el Parlamente Europeo. Dediquen los parlamentarios europeos, al menos, la mitad de su tiempo en sus países elegidos a explicar, la necesidad de avanzar en la Unión. O nos salvamos todos, o nos hundimos todos. Converger en defender la identidad europea como instrumento para salvar la cultura social europea (Estado del Bienestar), la preponderancia del Estado sobre el Mercado, a través de la regulación de los procesos financieros y económicos, por los gobiernos elegidos democráticamente por los ciudadanos y la tercera condición, la compasión humana (la solidaridad). Si defendemos esta filosofía, los colores importan menos. El Nuevo Mercado, apretó la conciencia de Zapatero, y le obligó a tomar decisiones fiscales y económicas que no quería, y a juzgar por las palabras de Rajoy: “hago cosas que no me gustan”. También, en algunas decisiones le está pasando lo mismo. Comprendamos que hoy lo primero es: ser Europeos.

Pero bajemos algo más, y aun sabiendo que vivimos en un mundo globalizado, tomemos medidas autónomas. Diré una “trochería” como decimos en mi tierra. Creemos un “País malo” en Europa ¿por qué no podemos crearlo? ¿no se van a crear bancos malos, y existen países de paraísos fiscales? A ese país malo, se desviaría, al menos, el 50% de los intereses de la deuda, de los países periféricos del Eurogrupo. Enjúguese, con quitas negociada con los prestamistas y enjúguese con la máquina de hacer dinero del BCE ¿no lo hace así, la Reserva Federal de EE.UU.? (hoy el problema no es la inflación, sino la depresión y la deflación; además favorecería las exportaciones europeas, devaluándose naturalmente la moneda, ayudando a amortiguar el déficit comercial español). Tome medidas la Comisión Europea, para abrir mercados en la región estratégica comercial de Asia-Pacífico. Llevamos varios años mareando la perdiz internamente, de reuniones, cumbres internas, contracumbres. Hay que salir hacia el exterior, para abrir mercados.

Creemos un organismo económico-financiero Europeo, que preste masas dinerarias a bancos públicos nacionales, que en igualdad de condiciones con la banca privada, desde la ética y la profesionalidad, concedan créditos para la actividad productiva. Deslocalícense actividades económicas e industriales, desde el Norte y Centro de Europa, hacia la periferia. Empréndase un plan Europeo de 6 u 8 años de formación de especialistas, que cree un tejido productivo acorde con las necesidades de la producción y el comercio mundial, ampliando los modelos formativos actuales de las currículas clásicas, en favor de la Formación Profesional, para activar la productividad industrial y la eficiencia manufacturera.

Pero sobre todo, ilusionar a las sociedades europeas, plantéesele el reto político, que tuvimos que afrontar hace 15 o 20 años, una Europa Federal, una Europa donde los gobiernos y Estados cedan soberanía, a las instituciones Europeas; para ello podríamos iniciar la tarea, por redactar y consensuar una nueva Constitución Europea.

Y de España, ¿Qué decimos? Me importa, solamente, por la dimensión que toma este artículo, hacer una reflexión y proponer una medida. La reflexión es: el Mercado, en su tarea perfectamente orquestada, de descomponer el Estado del Bienestar,  el desprestigio de los Estados y gobiernos, enfrentándolos con sus sociedades, y en el campo económico, el bloqueo (especialmente a nuestro país) no nos ponen barcos, en estos momentos, ni zonas de exclusión; pero los prestamistas juegan  con nuestra bolsa, su policía económica nos rebajan un día sí y otro no nuestro nivel de solvencia. Nos compran deuda pública, pero con unos intereses que nos tendrán en el pozo, años y años. Lanzan soflamas a través de sus aparatos mediáticos y sus ideólogos banqueros y economistas, incrustados en los organismos económicos internacionales, diciendo que España va muy mal y así hacen subir la prima de riesgo, hasta que decidan que nos tienen que intervenir.

Ante esto, solo veo una salida, diré antes, que yo soy un socialdemócrata, pero recordaré (Y perdone el lector mi alusión personal) que en los años de la transición española, yo era un militante de la izquierda más consecuente con las ideas filosóficas de Marx, la ORT. Y sin embargo, ante un enemigo tan fuerte como el franquismo, firmé el Pacto de Antequera, que abrió el camino a la autonomía plena de Andalucía y lo hicimos 11 partidos de todos los signos, izquierda, centro democrático y derecha democrática, comprendimos que Andalucía era lo primero. Ahora pasa lo mismo, tenemos un enemigo muy fuerte, muy duro, sin compasión. Que como podemos percibir, no distingue que tengamos en España un gobierno socialdemócrata que uno de centroderecha. Es igual, ellos tienen un objetivo, que hemos explicado con anterioridad. Y en cabeza de nuestro gran País, España, quieren escarmentar a Europa. No lo consintamos los españoles.

En pocos meses, podemos tener un escenario dantesco: que el bloqueo financiero a España del Nuevo Mercado, a través de los instrumentos que hemos referido anteriormente, haga caer al gobierno elegido por las urnas, que impongan una solución de un nuevo gobierno, pactado desde dentro del Partido Popular y emerjan a ese nuevo gobierno, los líderes del ala más conservadora y promercado de ese partido, o sencillamente, en un país convulso por la fractura social, por el desmontaje de los derechos sociales, por el incremento de las bolsas de pobreza y la desmoralización del aparato productivo; nos den la solución Italiana o Griega. Banqueros no elegidos gobernando a nuestro País. El Partido Socialista, en especial, y el resto de partidos democráticos del Estado Español, tienen una gran responsabilidad con España y los españoles. Pactar la defensa de lo que el Nuevo Mercado quiere destruir, y contribuir a recrear la Nueva Europa Unida. SI esto es aceptado por el Partido en el gobierno (aunque sea un compromiso de mínimos). Creo que le debían de proponer un gobierno de concentración.

Creo yo que, sería el inicio del camino: Unir a los españoles para una causa. En principio, de supervivencia e iniciar la motivación de la sociedad española, para contribuir a una Europa solidaria, donde aislemos cada día más al caballo de Troya, que el Nuevo Mercado ha infiltrado en la sabia Europa. La Europa de los Leonardos, de los Cervantes, de los Aristóteles, de los Mozart. La Europa Eterna.

Juan Ceada es filósofo y escritor. Fue alcalde de Huelva por el PSOE entre 1988 y 1995