No sólo se trata del daño económico de lo que han robado, sino un daño que afecta a las estructuras del Estado. El daño de haber desprestigiado la vida política y social de un territorio. Porque el corrupto, cuando se sabe descubierto, que es muy pronto, se dedica con todas sus fuerzas a extender la idea del “y tú más”.

Pero fíjense que triste: Berlusconi va a caer por la crisis. Por la misma razón que se está llevando a muchos líderes europeos. No por su fechorías. ¿La culpa? Hombre, parece que de los propios corruptos, perdón presuntos. Pero también culpa de una clase política, que no ha hecho nada por evitarlo, y de una sociedad que no los rechaza. Ya no caben códigos deontológicos. Los códigos de buena conducta no sirven para nada. Quienes los redactan son los primeros en faltar a su cumplimiento.

¿Quién va a ser el primer líder que se tome en serio esta lacra? Quien lo haga, habrá desenmascarado corruptos, y habrá puesto a cada uno en su sitio. Habrá hecho un gran servicio a la democracia.

Julio García-Casarrubios Sainz
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