¿Bono es socialista?  ¿De izquierdas Bono?   Habla a quien le quiere oir lo que el oyente quiere escuchar.  Pero es incapaz de dar una conferencia ante un público que conozca la materia que trata. Tiene palabras, pero carece de ideas. Por eso va sembrando refranes por las televisiones, las tiendas,  los cortijos, las panaderías calientes de pan bueno.

¿Bono cristiano?  Anda vanagloriándose de su cristianismo. Pero el cristianismo no es una jactancia, sino un testimonio doloroso a veces. Cita a Jesús como podría citar a Angela Merkel. Como de oídas. Como algo leído de paso en el expositor de un kiosco de barrio. Político tibio, disfrazado de sí mismo, mimetizado de un cristianismo refranero que tanto gusta a la Jerarquía, con una sentencia aplicable a cada problema, sin núcleo central, sin cruz amarga en el centro. La Biblia es dura: “porque eres tibio, porque no eres frío ni caliente, siento ganas de vomitarte de mi boca”

Bono se confecciona sus trajes políticos y cristianos a medida, como Camps. Es otra forma más sutil de corrupción. Lleva corbata, siempre corbata. No como algunos ministros que se desabrochan el cuello. Alguien –no recuerdo quien- se preguntaba para qué sirve la apertura de la camisa. Para ponerse la corbata, se respondía. ¿Y para qué sirve la corbata?  Para tapar el vacío del cuello. Bono sin corbata no es Bono. Como no lo es sin ese floreado socialismo y ese cristianismo de solapa del que no se desprende.

Hablar d ETA sin abrazar a sus víctimas resulta casi imposible. Bono puede hablar del golpe militar del 36 y no acordarse de sus muertos, de la sangre vertida, de tanto dolor cosechado a lo largo de una dictadura de cuarenta años. Bono tiene la desvergüenza (las cosas por su nombre) de hablar de nuestra historia más cruel sin condenar a un dictador, sus métodos terroristas y su memoria de botas negras. Para algunos ser de izquierdas significa sólo padecer una hemiplejia mental.

Ser de izquierdas es vivir comprometido con los más pobre de la sociedad. Por encima de los sin pan, sin casa, sin cultura, están los sin vida. Los muertos son la pobreza evidente del mundo Hubo un General que firmó penas de muerte, que fusiló sin misericordia, que ordenaba matar mientras aprovechaba la sombra eclesiástica del palio. Un caudillo por la gracia de Dios con la complicidad de una Jerarquía sacrílega que hacía creer que los ejecutados accedían a la muerte por ser enemigos de Dios y que en consecuencia lo tenían merecido.

Bono no ha sido capaz de condenar en su discurso conmemorativo del 18 de Julio ni al militar asesino, cruzado por los designios de Dios, ni a una Iglesia cómplice que prefirió los beneficios económicos a la denuncia profética del evangelio.

Bono, tercera autoridad de un estado democrático y aconfesional, incapaz de abrazar a las víctimas de una dictadura infame. Bono, enfermo de una hemiplejia mental, debería ejercitarse para no repetir idénticas respuestas para preguntas distintas. Necesita una rehabilitación permanente, creativa, para convertir su patología en actitud creíble. Y por favor, no convierta su cristianismo en un refranero digno de la sección femenina.

Ser humano es la tarea de inventarse  día a día. Cuando uno se repite a sí mismo, se renuncia a la originalidad de estrenar el mundo cada mañana.

Rafael Fernando Navarro es filósofo
http://marpalabra.blogspot.com