Los españoles tenemos por suerte a Alcaraz para enterarnos de la implicación de Rubalcaba en el terrible atentado del 11-M. No gobernaba Aznar, sino Zapatero. Aceves no era ministro del interior, sino el actual candidato socialista. Ambos trataron de engañar al mundo, y en concreto a los españoles, sobre la autoría de la tragedia. Menos mal que Aznar y Aceves descubrieron los hechos y nos alertaron a todos. Por ellos supimos la verdad desde el principio. Enhorabuena a Alcaraz por la profundidad de su descubrimiento, gracias al cual los españoles sabemos por fin quién es el perverso Rubalcaba.

“Gracias a Rubalcaba, ETA está de nuevo en las instituciones vascas con más chulería y prepotencia que nunca” ha agregado Alcaraz en la radio de Federico Jiménez Losantos. Alcaraz es un ángel revelador. No han sido los jueces como poder soberano e independiente en un estado de derecho los que han permitido la presencia de Bildu en las elecciones, sino que ha sido también Rubalcaba. Poderoso este hombre que consigue todo lo que se propone. A lo mejor como candidato a las elecciones generales de 2.012 consigue la presidencia del gobierno y la transformación de la sociedad española. Esto no lo ha vaticinado Alcaraz. Pero me gustaría que se pronunciara como el pulpo Pool sobre la selección española. Angeles Pedraza anda por caminos paralelos a los de Alcaraz y carga contra Rubalcaba en términos similares.

Las víctimas del terrorismo, cuya tragedia todos acunamos desde el cariño más íntimo, deberían tomar conciencia de dos cosas: primera, que son víctimas de ETA y sólo de ETA. Que ni los gobiernos ni la sociedad española somos responsables de un dolor que sufrimos como nuestro, pero del que no somos ejecutores. Atribuir maltrato, vejaciones, desprecio a gobiernos y sociedad es descentrar el núcleo de su tragedia y de la nuestra. ETA y sólo ETA es la criminal responsable de tanta muerte y dolor.

Segunda, que el dolor sostenido sobre sus inocentes espaldas no es un plus democrático con derecho a influir sobre hechos o decisiones judiciales. Todos estamos sometidos, en un estado de derecho, a un poder legislativo, ejecutivo y judicial. A la hora de tomar decisiones hay que tener en cuenta la mayoría de la sociedad sin que el dolor dé derecho a una consideración política excepcional.

Esto no lo saben Alcaraz ni Pedraza. O sí lo saben, pero persiguen otros fines que no quiero ni rozar. Seamos honestos.

Rafael Fernando Navarro es filósofo
http://marpalabra.blogspot.com