Muchas de las carreteras españolas están cargadas de historia. Recorridos que hoy hacen turistas, o nosotros mismos yendo de vacaciones, fueron antaño el derrotero de tropas, comerciantes, viajeros y colonizadores que trajeron a nuestras tierras las más cruentas batallas y las más avanzadas culturas. Por ello, como si de una alfombra se tratase, hoy levantamos el asfalto para descubrir un secreto de la antigüedad: la Via Espartaria.

Bajo la antigua carretera Madrid Murcia, a la altura de Pozo Cañada, unas roderas de carros hacen pensar en el posible paso de la calzada Complutum Carthago Nova por este lugar

Bajo la antigua carretera Madrid Murcia, a la altura de Pozo Cañada, unas roderas de carros hacen pensar en el posible paso de la calzada Complutum-Carthago Nova por este lugar.

En 1987 una enorme riada asoló la vega de Brea de Tajo (Madrid) fue entonces cuando salió a la luz un camino empedrado desconocido por los vecinos. Cuando las aguas volvieron a su cauce aquellos restos se convirtieron en un verdadero enigma, que hace pocos años puede haber encontrado una solución gracias a la arqueología.
Los estudios realizados en el cercano yacimiento de Caraca (Driebes) pusieron de manifiesto que por allí discurrió la calzada que unía Complutum (Alcalá de Henares) con Carthago Nova (Cartagena), quizá aquel misterioso empedrado no era otra cosa que lo que popularmente se conocía como la Vía Espartaria.

Caraca era una parada de referencia en la Vía Espartaria, hoy día es un yacimiento arqueológico revelador

Caraca era una parada de referencia en la Vía Espartaria, hoy día es un yacimiento arqueológico revelador.

Dicho nombre deriva del apelativo con el que se conocía Cartagena en época tardo antigua (Carthago Spartaria) en base a su dominio sobre la industria del esparto, un material que como su propio nombre científico indica (stipa tenacissima) es una fibra vegetal de enorme resistencia.
No obstante el origen de la vía parece ser anterior incluso al dominio romano o bizantino. Si pensamos en las campañas que Aníbal hizo al interior de la península desde Cartagena (por entonces Qart Hadasht) veremos que coincide con el recorrido de la Vía Espartaria. En el fondo, el pragmatismo de los exploradores cartagineses y el de los ingenieros romanos era el mismo: buscar el recorrido más breve por la orografía más cómoda. Dicho lo cual, es probable que incluso estos empleasen vías de comunicación anteriores.

Era transitada ya esta vía de comunicación en tiempos de Aníbal

¿Era transitada ya esta vía de comunicación en tiempos de Aníbal?

Por ello y basándonos en los textos clásicos (como los itinerarios del Anónimo de Rávena o el Antonino), los descubrimientos arqueológicos y las nuevas tecnologías, tres buenos amigos (Luis Miguel Zorita, Radomir Sevillano y quien esto escribe) nos propusimos el reto de recuperar el trazado de aquella antigua vía. Una idea que más allá del encanto arqueológico supone una manera muy diferente de conocer la España actual.
Recorrer esta calzada se convierte en todo un reto por varios motivos. El trazado no siempre está claro, en algunas zonas hay restos evidentes como en las proximidades de La Roda (Albacete) pero en otras la concentración parcelaria o sencillamente el devenir de los siglos los han ocultado.

Conocido allí como “el camino de los romanos” la Vía Espartaria aparece perfectamente conservada en las cercanías de Casas de Guijarro (Cuenca)

Conocido allí como “el camino de los romanos” la Vía Espartaria aparece perfectamente conservada en las cercanías de Casas de Guijarro (Cuenca)

Por otro lado las mutatio, caupona y mansio donde alojarse ya no existen, incluso esplendorosas ciudades como Segóbriga o Althia se han visto reducidas a la ruina, por ello la falta de infraestructuras hace del viaje una auténtica aventura.
Nosotros hemos creado esta guía práctica para explicar cómo organizar el viaje y desde luego disfrutar de nuestra geografía sin pasar penurias. Pues, aunque hoy no podamos relajarnos en las termas de Caraca o almorzar en Ilunum, podemos disfrutar de infinidad de pueblos y ciudades con una enorme oferta cultural, gastronómica y paisajística poco explotada. De este modo, la Vía Espartaria nos lleva por lugares alejados del turismo convencional, pero de gran calidad.

Claustro del santuario de Ntra. Sra. de los Remedios en Fuensanta (Albacete)

El claustro del santuario de Ntra. Sra. de los Remedios en Fuensanta (Albacete) es un rincón poco conocido por las guías turísticas pero lleno de quietud y belleza.

Para los amantes de la historia la Vía Espartaria ofrece un recorrido por milenios de historia, desde pinturas rupestres (en Cieza), a los asentamientos ibéricos (Pozo Moro), pasando por monumentos romanos (tanto en Alcalá de Henares como Cartagena), sin olvidar verdaderas joyas de otros momentos históricos (la iglesia neoclásica de Brea de Tajo o el balneario de Archena). Todo ello sin olvidar la amplia riqueza gastronómica, desde el morteruelo conquense, los dulces albaceteños y enorme despensa que es hoy día la huerta murciana.
Nuestro viaje fue a pie (pero podría hacerse por otros medios), lo que en cierto sentido nos permitió hacer cierta arqueología experimental, especialmente en lo que refiere a tiempos y esfuerzos. Consideramos que los 457,7 km que ocupa la vía se hace razonablemente en 22 etapas con una media de poco más de 20 km diarios.
Obviamente una experiencia así, siendo los primeros en volver a recorrer esta vía, ha estado cargada de vivencias personales inolvidables: historiadores locales volcados en ayudarnos, guardias civiles sin cuyas indicaciones no hubiésemos encontrado los parajes más desconocidos, así como cabreros, hosteleros… y demás vecinos que nos han ofrecido su mejor voluntad para dar con la pista de esta antigua vía. Una calzada que más allá de unir lugares ha terminado uniendo vidas.

De izquierda a derecha Luis Miguel Zorita, Radomir Sevillano y yo mismo a nuestra llegada al puerto de Cartagena

De izquierda a derecha Luis Miguel Zorita, Radomir Sevillano y yo mismo a nuestra llegada al puerto de Cartagena.