No cabe duda, que una de las protagonistas de hoy ha sido la niña Greta Thunberg, una muchacha que se escapa de la temática de esta sección, pero que nos remite a un episodio muy poco conocido de la historia de España.

Y no, no vamos a hablar de esas jaurías de fanáticos que estos días han insultado a la joven (recordemos que tiene 16 años y por lo tanto es una menor de edad). Y no lo haremos por dos razones: la primera porque no ha habido personajes tan aberrantes en la historia de nuestro país y la segunda porque esta historia que ahora les cuento es mil veces más interesante. Me refiero al poder que tuvieron las declaraciones de una niña en la política de la Hispania romana.

Las niñas y sus mensajes han sido utilizadas en los más diversos ámbitos potílicos

Las niñas y sus mensajes han sido utilizadas en los más diversos ámbitos políticos, desde las niñas a las que se les apareció la Virgen de Fátima, hasta la no menos célebre “niña de Rajoy”.

Para ello hemos de remontarnos al año 68, y más concretamente a los últimos días de Nerón. Las trifulcas entre los gobernadores; Cayo Julio Víndex, Lucio Verginio Rufo y el senado hicieron que el emperador Nerón acabase suicidándose o suicidado (según se quiera ver) dejando un vacío legal que dio origen a uno de los años más turbulentos del imperio romano, el llamado año de los cuatro emperadores.

De aquellos cuatro emperadores, Vetelio, Vespasiano, Otón y Galba solo nos ocuparemos de este último para apreciar cómo su ascenso al poder, contó con un factor determinante, la voz de una niña profetisa.

Servio Sulpicio Galba era de edad avanzada en aquellos convulsos años y ejercía su gobierno sobre la provincia hispana de la Terraconensis pero aparentemente sin mucho interés por las intrigas del senado de Roma.
 

Moneda con la efigie de Galba

Moneda con la efigie de Galba, su descripción no coincide con el relato de Suetonio en “Los doce césares” lo que evidencia la prudencia con la que hay que tomar a este autor al hablar de algunos emperadores.

Lo cierto es que, pese a esa aparente indolencia, aceptó instantáneamente la arriesgada propuesta que le hizo el senado: declarar a Nerón persona non grata y que Galba ocupase su lugar como emperador.

Para entender el repentino entusiasmo de Galba habría que recurrir a las fuentes clásicas como Los doce césares escrito por Suetonio donde se nos cuenta las dos motivaciones principales para aceptar tan arriesgada misión.

Para empezar, Galba habría descubierto un complot ideado por Nerón para darle muerte en secreto y por otro lado los: “felices auspicios, presagios ciertos, y de manera especial las predicciones de una virgen perteneciente a una noble familia”.

Por lo que se extrae del texto, la joven en cuestión era de la ciudad de Clunia (en la actual provincia de Burgos) localidad en la que residiría Galba cuando se enteró de la muerte de Nerón y por lo tanto su inmediato ascenso al rango de emperador.
 

Yacimiento arqueológico de la ciudad de Clunia.

El yacimiento arqueológico en el que se ha convertido hoy día  la ciudad de Clunia, escenario de toda esta historia.

Como la ciudad fue el escenario de tanta alegría para Servio Sulpicio Galba llegó incluso a cambiarle de nombre, llamándose desde entonces Clunia Sulpicia. Y según Suetonio este regocijo fue tan grande que incluso Galba se trajinó al mensajero que le dio la noticia, pero aun así centrémonos en la muchacha adivina.

Tal como prosigue Suetonio las predicciones eran “que saldría de Hispania un hombre que había de ser el dueño del mundo” y que ¡oh casualidad!  coincidía punto por punto con lo que el “sorprendido” sacerdote del templo dedicado a Júpiter en la ciudad de Clunia había encontrado gracias a un sueño profético en un documento de doscientos años de antigüedad. Dicho augurio también había sido revelado por otra joven profeta había augurado exactamente lo mismo; el dominio mundial en manos de un hispano.

No hace falta ser muy listo para saber que tras estas profecías había una campaña política perfectamente orquestada y que cumplió sus objetivos sobradamente. Pues además del prestigio que ganó Clunia desde entonces, Galba decidió fundar la Legio VII Gémina para tener una poderosa unidad militar acantonada en Hispania y que junto con la Legio VI Victrix dio origen a la ciudad de León.

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Maqueta de la ciudad de León en época romana.