En pasados artículos veíamos cómo la nobleza o la religión mentían como bellacos en pos de su beneficio. Por lo tanto, ¿cómo no desconfiar de los poderes económicos?
Lógicamente la falsa moneda ha existido casi desde que existe el dinero y en España tenemos buenos ejemplos de ello. En el yacimiento de Ampurias (Girona) se localizaron al menos dos monedas falsas datadas en el siglo IV en las que usando una aleación de metales y un baño de plata suplantaban al dinero real. Pero desde luego no es el único caso

En la historia de España hay incluso tesoros enteros de monedas falsas como es el caso que se encontró en Casas de Reina
En la historia de España hay incluso tesoros enteros de monedas falsa, como es el caso del que se encontró en Casas de Reina (Badajoz). Foto: www.elperiodicoextremadura.com 
Quizá por el cine o las series de televisión tenemos una imagen idealizada de los falsificadores como personajes contestatarios que usando su ingenio se enfrentan al sistema. Hoy nos ocuparemos de una parte no tal idílica pero fascinante de la historia de España: La otra cara en la historia de los falsificadores de moneda.
Evidentemente hay casos conocidos de falsificadores de moneda que a nivel individual han usado sus artimañas para hacer negocio. El ejemplo más sencillo es Francisco Herrera el Viejo, polémico pintor sevillano (primer maestro de Velázquez) que acabó condenado por acuñar moneda falsa, aunque posteriormente, en 1624, fue indultado por el rey Felipe IV.
Pero que un pintor se meta a falsificador no es nada nuevo, ya que muchas veces la frontera que distingue el arte y la falsificación es muy difusa. Eso hizo que, por ejemplo, en el siglo XVI dos artistas como fueron los medallistas Giovanni Da Cavino y Alexandro Bassiano no solo se dedicasen a labrar sendos bronces conmemorativos, si no también a ganar pingües beneficios con la falsificación incluso llevándola un paso más allá.
Giovanni Da Cavino “il Padovano” y Alexandro Bassiano auténticos maestros en el arte de la falsificación

Giovanni Da Cavino 'il Padovano' y Alxandro Bassiano, auténticos maestros en el arte de la falsificación.  

Está claro que desde hacía siglos suplantar monedas reales por falsas estaba tipificado como delito y seriamente condenado, pero… ¿Y falsificar monedas antiguas?
Si las monedas no estaban en circulación no era un delito como tal, de este modo, y con el coleccionismo de antigüedades en pleno auge, Da Cavino y Bassiano colaron monedas falsas en tal cantidad de colecciones que hoy han llegado incluso al Museo Arquelógico Nacional, donde con gran acierto las catalogan como tal.

Cavino y Bassiano se especializaron en falsificar monedas antiguas como estas, lo cual no era exactamente un delito pero si un ventajoso negocio


Calvino y Bassiano se especializaron en falsificar monedas antiguas como estas, lo cual no era exactamente un delito, pero si un ventajoso negocio. 

Más complejas son las monedas “retocadas”, falsificaciones a medias pero fascinantes a todas luces, que consisten básicamente en monedas antiguas que se manipulan para indicar que son de tal o cual ciudad, aunque esa urbe no hubiese sido descubierta o sencillamente no tuviese ni ceca donde acuñarlas.
Aquí, lógicamente, ya no hay un interés económico si no un interés histórico tratando de justificar la existencia de tal o cual ciudad a través de estos “hallazgos”. Así vemos monedas retocadas de Carmo con la inscripción Tartes (para crear una moneda tartésica) o directamente una falsa con la cara del dios Melqart.

El dinero falso daña la economía, pero cuánto daño puede hacer a la historia inventarse una moneda de los tartesos

El dinero falso daña la economía, pero ¿cuánto daño puede hacer a la historia inventarse una moneda de los tartesos?

Ahora bien, ¿Qué pasa cuando el falsificador de monedas es el estado? No pocos reinos se han valido de las monedas falsas, no para obtener un beneficio propio, si no para dañar al enemigo, infiltrando en sus finanzas moneda falsa que terminaba por hundir la economía del adversario.
Estas maniobras que nos hacen recordar a los modernos bróker, ya se hacían en el siglo XIV en la guerra entre Castilla y Aragón, en la que Pedro el Ceremonioso le coló no pocas divisas falsas a Pedro I el Cruel.  Posteriormente, en tiempos de Felipe II, la falsificación de moneda se volvió en contra del propio estado siendo un auténtico quebradero de cabeza para los ministros del rey. Pues además de las falsificaciones que el enemigo infiltraba, la casa de la moneda también adulteraba las aleaciones para evitar a toda costa las temidas bancarrotas.
La terrible situación a la que se enfrentan todos los gobernantes, la de no saber quién te hace más daño, si los demás o tu mismo.