Hace pocos días, el pueblo de Zalamea de la Serena (Badajoz) recibía con alegría la noticia de haber logrado el título de Fiesta de Interés Turístico Nacional para la representación que cada año se celebra en el pueblo para conmemorar uno de los dramas cumbres de Calderón de la Barca.

En el año 1651 la imprenta de María Fernández, en Alcalá de Henares, sacaba a la luz primera vez El Alcalde de Zalamea, aunque por aquel entonces aún no se llamaba así, si no El garrote más bien dado. Esta obra de teatro apareció en un recopilatorio de comedias nuevas, pero en el fondo no era tan nueva como se presuponía dado que la obra de Calderón ya se había estrenado décadas atrás, es más, todo a punta a que Calderón plagió en cierto sentido una obra poco conocida de Lope de Vega.

El alcalde de Zalamea de Calderón se basa en otra comedia anterior de Lope de Vega cuya inspiración parece ser un episodio real acaecido en 1580.
El alcalde de Zalamea de Calderón se basa en otra comedia anterior de Lope de Vega cuya inspiración parece ser un episodio real acaecido en 1580.
 
El plagio tal y como lo entendemos hoy era mucho más aceptado en el siglo XVII, pensemos solo en don Juan Tenorio, que pese a que aparece por primera vez bajo la pluma de Tirso de Molina, lo vemos en compañías teatrales anteriores como la de Jerónimo Sánchez y desde luego posteriores, con Molière, Lorenzo da Ponte (autor del libreto de la ópera de Mozart), Zorrilla, etc.
 
Por lo tanto y pese a que Calderón de la Barca le aporta la universal fama que tiene hoy día, la fuente de inspiración de “esta historia verdadera” (como la define Calderón al final de su obra), habría que buscarla en la comedia homónima que escribió Lope hacia 1610.
 
Solo repasando el reparto de una y otra obra es fácil apreciar nombres que a cualquier historiador le sonarán, personajes teatrales que en el fondo son personajes históricos como Lope de Figueroa (también personificado en otras obras de Luis Vélez de Guevara o Agustín Moreto) o incluso Álvaro de Atáide, el malvado capitán de la versión calderoniana que en realidad se basa en Álvaro de Ataide da Gama, hijo del famoso Vasco de Gama.
 
Zalamea de la Serena pudo ser visitada tanto por Lope de Vega como por Calderón de la Barca gracias al trasiego militar de ambos en sus años en la milicia.
Zalamea de la Serena pudo ser visitada tanto por Lope de Vega como por Calderón de la Barca gracias al trasiego militar de ambos en sus años en la milicia.

Estos nombres y el episodio histórico que vertebra la obra nos hace pensar que tanto Lope como Calderón se basaron en algún tipo de incidente real que dio el suficiente juego como para transformarlo en obra teatral. No sería el primer caso, El castigo sin venganza (de Lope), Quien mal anda mal acaba (de Ruiz de Alarcón) y otras tantas más estaban basadas en episodios históricos y por lo tanto no es nada extraño que El alcalde de Zalamea también lo fuese.

Casa de Pedro Crespo en Zalamea de la Serena.
Casa de Pedro Crespo en Zalamea de la Serena.
 
El marco histórico en el que transcurre la obra, es la toma del trono de Portugal por parte de Felipe II al quedar vacante tras la muerte imprudente rey Sebastián en 1578. Obviamente esta fusión de las coronas hispánicas supuso un despliegue militar que cruzó toda Extremadura rumbo a la capital lusa atravesando Zalamea de la Serena aproximadamente en junio de 1580.
 
Con este dato solo se requiere echar mano de la documentación municipal para darnos cuenta que el alcalde de ese momento era Cristóbal de Villanueva, un personaje que dista en cuanto al nombre del Pedro Crespo del teatro.
 
Hasta donde se sabe, Cristóbal Villanueva fue alcalde de Zalamea entre 1580 y 1587 como así lo atestigua una Provisión Real que hoy día está destruida pero de la que providencialmente nos ha llegado una fotografía del año 1928 realizada por el famoso fotógrafo Alfonso.
 
Sin embargo una pista no muy conocida la encontramos en la Casa de la Contratación de Sevilla donde el gobernador de Costa Rica deja constancia el 30 de marzo de 1578 de dos pasajeros que no serían otros si no el hijo y la nuera del alcalde de Zalamea:
 
“Cristóbal de Villanueva, hijo de Cristóbal de Villanueva, natural de Zalamea de la Serena, de edad de veinte e ocho años, alto de cuerpo cejijunto” y su esposa  “Leonor Blasquez, mujer del dicho Cristóbal de Villanueva, hija de Antonio López, natural de Zalamea de la Serena de edad de veinte e seis años, alta de cuerpo, cariaguileña”.
 
El porqué de la transformación de Cristóbal Villanueva en Pedro Crespo puede tener varias versiones. Que bien Lope de Vega (que fue soldado en esa campaña militar a Portugal) leyese el nombre de Cristóbal abreviado y le indujese a transcribirlo como Crespo.
 
La abreviatura de Cristóbal, en este caso en la firma de Colón, ha provocado errores en la historia, la cartela mal leída de las reliquias de san Cristóbal generó un nuevo santo llamado san Epóforo.
La abreviatura de Cristóbal, en este caso en la firma de Colón, ha provocado errores en la historia, la cartela mal leída de las reliquias de san Cristóbal generó un nuevo santo llamado san Epóforo.
 
En definitiva, bien pudo tratarse el alcalde de Zalamea de una comedia inspirada en hechos reales de un político honrado que defendió el honor de los suyos. Algo que a día de hoy nos resulta tan inusual que cuesta imaginar que pudiera estar basado en hechos reales.