Hace unos años se generó una leyenda peligrosa sobre un Patxi Zabaleta disidente, sus planteamientos inquietaban o los rechazaba la izquierda vasca más cercana a las tesis de ETA. Planteaba la necesidad de una izquierda abertzale agrupada, el futuro de Aralar y Sortu, la definición de víctima… Hoy Aralar está integrada en EH Bildu desde finales de 2017. Escuchas a Patxi Zabaleta, ya dentro de EH Bildu, y parece que ha cambiado de tiempo pero no de meta.

Sus respuestas entrañan tantos titulares que parece el vaticinio de un futurólogo; incluso, a veces,  de un vidente. No hay una línea de sus respuestas que, con toda la calma del mundo, no plantee un reto para todos, los propios y los ajenos. Mantener esa postura “por delante de” le ha costado una travesía muy difícil, como él reconoce, por la izquierda abertzale, durante y después de ETA. No es la imagen de alguien resignado a pasar a la historia. Todo lo contrario: provoca a la historia que viene.

La plaza de toros está a un paso de su despacho. Le pregunto por los toros y aún no adivino si me contesta la pregunta con la misma ironía con que se la hago o se hace el longuis.

PREGUNTA - La plaza de toros de Pamplona está a dos pasos de este despacho. ¿Los ve desde aquí o prefiere analizar el ruido que llega?

RESPUESTA - La plaza de Pamplona ya no se llena ni con los miuras, que sí que iba a ver, y por fuera han desaparecido los reventeros. Antes tenía abono, pero el mundo del toro, que es al fin y al cabo el mundo, está cambiando.

Bildu, sin partidos en su interior

P - ¿Qué queda de su largo viaje?

R - Mi “viaje” en la izquierda abertzale empezó en los decenios 60 y 70 del siglo pasado y, aunque ha sido muy difícil, ha merecido la pena.

En el sector político  abertzale o nacionalista tiene que haber necesariamente – y siempre habrá – una derecha y una izquierda, porque el nacionalismo no es propiamente una ideología. Los espacios políticos nacionalistas de centro derecha y centro izquierda tienen que ser amplios y reconocer la imprescindible pluralidad interna, dándole cauce democrático para su dinámica.

P - Al final ha quedado una izquierda abertzale en la defensa de una larga lista de causas pendientes, de banderas políticas y sociales que no se si forman parte de un programa coherente y unido

R- La izquierda abertzale se está asentando poco a poco, tanto en los aspectos ideológicos como en los estratégicos, organizativos y tácticos de la política. Es necesario que de unos pasos hacia la unificación interior, superando la existencia de partidos (que exigen sus cuotas de poder) para que todos los militantes seamos iguales.

P - ¿Sigue pensando que ETA no debió disolverse mientras hubiera un solo preso en la cárcel?

R - Siempre he dicho, antes y después de la disolución, que ETA debería haberse declarado como organización civil después de haber dado el paso de cesar en la lucha armada. Así lo han hecho muchas otras organizaciones que fueron organizaciones armadas y sus líderes han sido o son políticos en la lucha democrática.

¿Quién queda para colaborar en nombre de ETA en la resolución de atentados pendientes? 

Eso era lo más conveniente, para garantizar que no se reanudase la lucha armada y para “hablar en nombre de la organización”. Una panorámica y un ejemplo concreto: A ETA se le negó credibilidad cuando anunció el cese unilateral de la violencia y sin contraprestaciones, siguiendo la hoja de ruta establecida en el acuerdo de Guernica,. Luego se exigió su desarme. Más tarde, su disolución. Ahora se exige la colaboración para el esclarecimiento de los más de 300 atentados no resueltos. ¿Quién va a colaborar? ¿El ultimo miembro recién llegado del ultimo comando operativo, que no sabía ni siquiera cuáles eran sus funciones?

P - ¿ETA ha sido vencida por el Ministerio del Interior de Rajoy? Ya sabe: se suele decir que la democracia y las fuerzas de orden han derrotado a ETA

R- Vivimos en la “paz vasca” y la “paz vasca” fue posible porque el origen y motivación de ETA era política. El cese en el uso de la violencia fue unilateral y sin contraprestaciones, es decir, por razones exclusivamente políticas. El Estado, es decir, Mayor Oreja, Rajoy y compañía, nada pusieron y nada se les debe… afortunadamente. ¿Cuál sería la situación política ahora si el Estado hubiese negociado un cese en la violencia a cambio de presos y con renuncia al derecho democrático de autodeterminación? Afortunadamente, los políticos de la parte de Iberia que se llama España no son listos.

P - ¿No ha aparecido esa organización civil que usted pedía, sustituta de ETA, capaz de servir como interlocutora cuando fuese necesario?

R- No existe ninguna organización civil que haya sustituido a ETA. ETA se ha extinguido y no hay heredero que ocupe su lugar.

P - Ya no se pide perdón ni es necesario. Para algunos, pedir perdón es un paso atrás

Pedir perdón no es un paso atrás, sino valentía y cordura

R - Nunca pedir perdón o el arrepentimiento o la autocrítica es una paso atrás, sino demostración de valentía y cordura. No veo que la sociedad, en su inmensa mayoría, desprecie ni minusvalore actitudes como esa, que son imprescindibles para una convivencia en igualdad democrática.

P - ¿Cómo ve los homenajes que se organizan a los presos que salen de la cárcel? ¿Eso entra en la lógica del olvido o es que aún falta un hervor serio?

R- Desde el punto de vista humano son inevitables y comprensibles. Los miembros de ETA no eran mercenarios, sino voluntarios al servicio de unas ideas políticas. Estaban equivocados y eran criticables los métodos que empleaban por violentos e injustos, pero las ideas políticas que defendían, si se defienden por medios democráticos y pacíficos, son perfectamente defendibles. Al contrario, por ejemplo, que en los grupos de extrema derecha o parapoliciales, que se movían casi siempre por razones de tipo económico.

P - ¿No hay un exceso de escenificación, que todo es poco creíble?

Todo cambio que se base en una autocrítica sincera y profunda es positivo; cuanto más sincera y más profunda, mejor. Demasiado énfasis en algunas actitudes de cambio entrañaría una falta de rigor en la autocrítica. Yo creo que el cambio está calando poco a poco en profundidad y es absolutamente irreversible y, por lo tanto, tiene credibilidad.

Pasó el tiempo de una amnistía

P- ¿Cree que el sector abertzale pedirá la aplicación de una amnistía general?

R - Participé en las campañas pro amnistía de 1975, 1776 y 1977 junto a miembros del Partido Comunista y, en general, de la izquierda abertzale. Fui de la opinión de que debería haberse mantenido socialmente la petición de amnistía, previo cambio constitucional, tal como se pide la autodeterminación con análogo cambio previo. El camino elegido ha sido otro. Pero el descenso del número de presos se está acentuando y yo apoyo cada uno de los pasos que se impulsan por las organizaciones sociales específicas: presos enfermos, acercamiento,  etc…

Debería haberse mantenido socialmente la petición de amnistía, pero ya desciende el número de presos

P - ¿Se siente reconocido en la izquierda abertzale actual?

R - Desde hace decenios defiendo lo que están haciendo ahora. Lamento que se haya tardado tanto.

El Euskadi futuro

P - Sorprende todavía la dualidad evidente del PNV respecto al Estado y a Euskadi, ¿Esta dualidad es circunstancial?

R - La dirección actual del PNV quiere hacer de su ambivalencia una seña de identidad y presentarla como si eso fuese la esencia de la política. El PNV ha hecho regla y gala de saber dialogar y “aprovecharse” de cualquiera y con cualquiera. No ocultan su carácter de péndulo o de tener dos almas. Pero están quedando demasiadas veces a punto de caer en el ridículo, que les sería letal.

P - ¿Han desaparecido los espacios políticos coincidentes entre el PNV y la izquierda abertzale?

R - Es imposible que desaparezcan. Ambos espacios políticos conforman un sector político que tiene a la vez unos denominadores comunes de carácter nacional y unas dialécticas recíprocas de carácter ideológico. En lo que se refiere a la nación de Euskal Herria, siempre habrá un llamamiento a la unidad, pero en lo que son contenidos ideológicos y sociales de la política, siempre existirá una confrontación a dilucidar políticamente. Soy radicalmente contrario a los “frentes nacionales” y también a sus sucedáneos, como son los llamados “foros” o “polos” y denominaciones análogas. También en esta materia el PNV juega a la ambivalencia…

Tiempo electoral, tiempo de estatuto

P - ¿Le ha echado un ojo a los próximas elecciones del año 2019?

R - Van a ser muy difíciles para el sector abertzale en mucho tiempo. Entre otras razones porque van a coincidir con las elecciones europeas, que por su ámbito estatal favorecen a las formaciones del estado. Incluso hay riesgo de que coincidan con las elecciones generales o estén próximas en el tiempo. Es necesario que la representación de un sector político como la izquierda abertzale se haga más atractiva; socialmente puede ser el más implantado en la sociedad vasca y ya no tiene el déficit de la carga de la imagen de ETA, pero tampoco presenta el acicate del “riesgo político” a debatir.

P - Euskadi no ha crecido a la hondo, como país, sino como estructura administrativa.  ¿Se ha avanzado algo en este sentido o nadie le va a pisar la manguera al otro? Hablo del PNV, de EH Bildu…. Usted mismo decía que la Ley de Territorios Históricos es retrógrada y anticuada

R - El “entramado institucional” de Euskadi necesita ser revisado porque durante todos estos años de crisis la existencia de estructuras administrativas duplicadas o triplicadas ha sido un escándalo y sigue siéndolo.

P - ¿Está siguiendo la discusión sobre el nuevo marco estatutario de Euskadi?

La autodeterminación forma parte de la democracia

R - Es un debate importante. La renovación del estatuto será completamente valida y suficiente si contiene el derecho a decidir. Y no tendrá ningún valor si no lo contiene. En el siglo XIX, el estado centralista adoptó la postura antiforal y mantuvo las guerras carlistas por este tema. En la reforma postfranquista, el estado adopta la postura de “¡estatuto si, autodeterminación no!". Actualmente, los más listos del foro –Podemos- sostienen la postura de “¡autodeterminación si, independencia no!”, que es a donde llegará pronto el PSOE y luego los demás, como en Inglaterra. Pero la batalla ideológica es que la autodeterminación forma parte de la democracia. La democracia que niega la autodeterminación no es completa.

P - ¿Corre el PSE-EE riesgo de sumarse al discurso de Ciudadanos en Catalunya, empujado por el PNV de Ortuzar?

R - El PSE corre el mismo riesgo del PSC de Catalunya. Ha sido ,igual que el PSC, el segundo partido en Euskadi y en Navarra, y actualmente es el cuarto. Aunque el impulso electoral de Sánchez puede originar unos repuntes coyunturales, la referencia socialdemócrata ha perdido mucha fuerza en toda Europa y está en riesgo de perderla también en el estado español, empezando por lo que fueron sus feudos históricos de Catalunya y Euskal Herria.

Cataluña: el éxtasis nacionalista

P - ¿Le importa que hablemos de Catalunya, como éxtasis nacionalista, como huida hacia adelante?

R - Catalunya es una gran nación europea, con una lengua de las más habladas de Europa, que necesita un rango oficial y a la vez es la nación más europeísta que cabe. No concibo una Europa sin Barcelona, igual que no concibo una Europa sin Bruselas, que es capital de Flandes, que cualquier día se independiza. Europa tiene que dejar de ser un club de estados para convertirse en una asociación de naciones. Además de la moneda, hace falta que el ejército, la política exterior, la seguridad y en el futuro la justicia tengan estructuras comunitarias. El ridículo de la justicia española con el caso Puigdemont no es soportable por un estado moderno y la movilización social pro-independencia no es ninguna “huida”.

P - Desde las vísperas del I-0 se ha escenificado un acercamiento total entre la izquierda abertzale y los partidos independentistas catalanes. ¿Quién resulta más beneficiado de esa vecindad mediática?

R - Aralar, como partido de la izquierda abertzale, siempre ha estado en conexión con la izquierda nacionalista catalana, concretamente ERC. Ese espacio es el que ocupa ahora EH Bildu, cada vez con más claridad. EH Bildu sigue manteniendo una relación histórica con un sector de la CUP, pero eso tiene fecha de caducidad porque dentro de la CUP existen diferencias que no son sostenibles indefinidamente.

P - ¿Cuál cree que será el capítulo final en esta etapa catalana?

R - La solución democrática siempre es el derecho a decidir; o sea, las urnas. La sociedad española admitiría con total tranquilidad el ejercicio de la autodeterminación por Catalunya y las instituciones de la democracia española harán ese camino y cuanto más tarde, peor.