Vox ha presentado un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional por haberse "hurtado la voluntad popular" en el votación de la reforma laboral que tuvo lugar el pasado 3 de febrero en el Congreso y ha pedido al tribunal que se suspenda cautelarmente la vigencia de esa norma mientras se resuelva su impugnación.

Así lo ha anunciado en una rueda de prensa la secretaria general del grupo parlamentario de Vox en el Congreso, Macarena Olona, quien ha insistido en que en aquella polémica votación se produjo un "pucherazo".

La reforma laboral salió adelante gracias al voto telemático a favor de la misma que, por error, emitió el popular Alberto Casero. Cuando advirtió su equivocación, que atribuyó a un fallo informático, el parlamentario solicitó poder votar presencialmente, pero no se atendió su petición.

Según Vox, por eso se produjo una "flagrante vulneración" del artículo 23.2 de la Constitución, ya que, a su juicio, se "hurtó la voluntad popular". "La reforma tenía que salir por lo civil o lo criminal, y salió por lo criminal", ha denunciado Olona.

No se puede rectificar

Dos informes, uno de los informáticos del Congreso y otro de los letrados, concluyeron tras una exhaustiva investigación que no hubo ningún error informático durante la votación del Real Decreto de la reforma laboral del diputado del PP Alberto Casero. Ambos documentos, independientes pero complementarios, apuntan a que “el voto del Sr. Casero fue válidamente emitido” y, en consecuencia, no había razón alguna para que se le permitiera votar nuevamente, por lo que la actuación de Meritxell Batet fue impoluta.

Los letrados del Congreso garantizan que el voto del diputado del PP Alberto Casero en favor de la reforma laboral fue válido y no cabía su revocación aunque él se equivocara, y descartan que haya habido un fallo del sistema informático. El informe remitido a la Mesa, señala que el voto telemático se regula por una resolución de Presidencia de 2012, la que determinaba que debía haber llamada al diputado, pero recuerda que la aplicación del sistema se cambió a raíz del confinamiento por la pandemia y la generalización del voto desde casa.

 El documento recoge, en consecuencia, que "el voto del Sr. Casero fue válidamente emitido" y no existen ni precedentes ni razones jurídicas o reglamentarias que permitieran al parlamentario popular tener "una segunda oportunidad". Su conclusión es que el sistema funcionó el día de la votación de la reforma laboral, que nadie se quejó de fallo informático y que, por tanto, el voto de Casero, aunque se equivocara en la convalidación del decreto ley y en otras dos votaciones, debe darse por válido. De hecho, él no llegó a pedir su revocación.