El líder del PP, Pablo Casado, ha defendido a "pie juntillas" en los últimos días que el error de su diputado Alberto Casero en la reforma laboral se debió a un fallo informático y mantuvo la teoría del "pucherazo". En un acto de campaña de este jueves en Zamora el presidente popular llegó a sostener que varios letrados consideraban "antidemocrático" lo acontecido en el Congreso -se refirió incluso a un total de hasta tres informes que avalaran esto- y acusó a la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, de ponerse "al servicio de Sánchez".

A preguntas de los periodistas, Casado aseguraba haber leído ya "cuatro crónicas de letrados de las Cortes que dicen que lo que ha hecho Batet es algo absolutamente antidemocrático", en referencia al rechazo de esta a permitir a Alberto Casero votar presencialmente para cambiar el sentido de su decisión, tras haber votado a favor de forma telemática desde su casa.

El líder del PP a nivel nacional iba más allá y asumió que esto "no lo hizo con diputados de la izquierda". "Cuando un diputado emite su voto y quiere cambiarlo antes de la sesión plenaria, siempre se ha aceptado hacerlo. Si no lo ha hecho con el PP es porque sabía el resultado y se ha puso, una vez más, al servicio de Sánchez", añadió.

Casado había dictaminado en varias ocasiones que Batet había podido "prevaricar" y amenazó con acudir al Tribunal Constitucional si no rectificaba. Por el momento la formación ha anunciado dos recursos de amparo.

No hubo fallo informático

Este viernes los informes de los letrados del Parlamento han sentenciado que el voto de Casero a favor de la reforma laboral fue válido y que no cabía su revocación aunque él se equivocara. Descartan de este modo que se produjera un error informático. 

A la misma conclusión han llegado los informáticos del Congreso a través de un documento en el además se añade que el representante del PP comprobó hasta cinco veces sus votaciones. Por tanto, el 'veredicto' a todas luces es claro: no hubo fallo informático, sino error humano.