El socialismo cántabro vive momentos de alta tensión, como se pudo comprobar en el debate organizado entre el secretario General y candidato a la reelección, Pablo Zuloaga, y su oponente interno, el diputado Pedro Casares, el pasado miércoles. En una disputa llena de reproches, Zuloaga acusó reiteradas veces a Casares de ser “el preferido del PP”. “No me voy a compadrear con el PP ni en bares ni en discotecas”, le recriminó.
El contexto es la difusión y publicación de una imagen en la que aparece el candidato a la secretaría General del PSOE de Cantabria, Pedro Casares, junto a la cúpula del Partido Popular regional. La fotografía, tomada en diciembre de 2023, muestra a Casares en un acto en el que también estuvieron presentes varios altos cargos del PP, entre ellos María José Saenz de Buruaga; su jefa de gabinete, Gema Berián; la consejera de Presidencia, Isabel Urrutia; la consejera de Servicios Sociales, Begoña Gómez del Río; la presidenta del Parlamento y SG del PP de Cantabria, María José González Revuelta y el vicepresidente del Parlamento, Alejandro Liz, o el senador autonómico y diputado regional, Iñigo Fernández.
La imagen que sacude las primarias
La instantánea ha generado un terremoto en el seno del PSOE cántabro en plena disputa interna por la renovación de su liderazgo. Junto a Casares, en la fotografía aparecen otros socialistas como su principal asesor en el PSOE de Santander, Ximo Jarrín; la exdelegada del Gobierno en Cantabria, Ainoa Quiñones; el secretario de Estudios y Programas del PSOE de Santander, Luis Ángel Cardín, y varios miembros de la ejecutiva municipal y concejales socialistas como María Antonina Mora.
Asimismo, de la candidatura de Casares estuvieron presentes el secretario general de Juventudes Socialistas, Fran Cano; el exalcalde de San Vicente de la Barquera, Dionisio Luguera; y la exsenadora, Rocío Rábago. A pesar de no aparecer en la imagen, fuentes socialistas confirman la asistencia del exdirector de Deporte y diputado regional, Mario Iglesias, y de la exdirectora de Memoria Histórica y actual directora general de Atención a las Víctimas del Franquismo en el Gobierno de España, Zoraida Hijosa.
La fiesta se organizó por amistades del asesor de Casares y se convirtió en un acto de revancha contra la decisión de Pedro Sánchez de relevar a su número 2, Ainoa Quiñones, al frente de la Delegación del Gobierno tras la formación del actual Gobierno central. Con Quiñones cesó su equipo al completo, donde estaba acomodado el asesor de Casares. Su equipo no dudó en culpar a Zuloaga de la destitución de Quiñones y aquella fiesta también se convirtió en una alianza de Casares y el PP contra su adversario común: Pablo Zuloaga
El propio Casares se defendía de esta crítica en el debate acusando a Zuloaga de tener “una visión muy estrecha de la democracia” por no concebir que se pueden tener amigos en otros partidos.
Filtraciones al PP: otro frente abierto
A la polémica de la imagen se suma la supuesta filtración de información comprometedora para los intereses del Gobierno de Pedro Sánchez y, en concreto, sobre el entonces ministro de Sanidad y actual presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa. Fuentes socialistas señalan que el equipo de Casares habría proporcionado al PP datos sobre un almuerzo celebrado en plena pandemia entre el propio Illa y el vicepresidente de Cantabria, Pablo Zuloaga, en la Filmoteca Regional. Al almuerzo también asistió Quiñones y su equipo.
Este hecho es reseñable ya que el PP utilizó esta información para denunciar en el Parlamento cántabro que el Gobierno autonómico incumplió las restricciones sanitarias al habilitar un espacio interior para la reunión, mientras la hostelería de la región tenía prohibido el servicio en interiores. La oposición registró una serie de preguntas parlamentarias exigiendo explicaciones al Gobierno de Cantabria, aumentando la presión sobre Zuloaga. Los hosteleros llegaron a pedir públicamente su dimisión.
Sin embargo, en dicha reunión se cumplió de forma pulcra con la ley. Tal y como señaló el Gobierno de Cantabria, dicho encuentro estaba recogido "en la disposición primera, punto tercero, del Decreto 3/2020, de 26 de octubre, del presidente de la Comunidad Autónoma, por el que se limita la permanencia de grupos de personas en espacios públicos y privados en el ámbito territorial de la Comunidad Autónoma de Cantabria”. Asimismo, el Ejecutivo autonómico señaló que dicha actividad no estaba "incluida en las limitaciones referidas a la permanencia de grupos de personas en espacios públicos y privados”. “Durante esta reunión de trabajo una empresa cántabra de hostelería sirvió un catering, antes de continuar con la agenda prevista con una visita al Hospital Marqués de Valdecilla y al IDIVAL para conocer los avances que se están produciendo en Cantabria en torno a la vacuna contra la COVID-19”, añadió.
Asimismo, la filtración al PP y la amplia difusión por derecha mediática sirvió para atacar no solo a Zuloaga, sino también al ministro Illa y al propio Pedro Sánchez.
Unas primarias marcadas por la división
El conflicto Casares-Zuloaga viene de años atrás. La filtración y la aparición de Casares junto a la dirección del PP han provocado malestar en amplios sectores del PSOE cántabro, que rechazan estas deslealtades internas que dañan al partido. En este contexto, la batalla por la Secretaría General del PSOE de Cantabria se presenta más reñida que nunca, con unas primarias marcadas por estas acusaciones de connivencia con el Partido Popular y por la pugna entre distintas sensibilidades dentro del socialismo regional.