La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha recuperado una polémica que aparcó su antecesora, Cristina Cifuentes. Se trata del uso personal que se le da al lujoso chalet Residencia Santillana, conocida como La Casita, que es propiedad del Canal de Isabel II. Ayuso se la prestó a Juan Guaidó durante su visita a Madrid para mantener un encuentro personal con su padre, una información que no trascendió hasta días después de la cita. Ahora ha trascendido que el Ejecutivo regional destinará casi medio millón de euros para reparar y conservar el lugar. Toda esta polvareda ha generado notables tensiones entre las filas de Ciudadanos.

Y es que, Ignacio Aguado, líder de los naranjas en la Comunidad de Madrid y vicepresidente de Ayuso se ha posicionado del lado de ésta afirmando que “estoy encantado de que haya transparencia, siempre y cuando no sea más prioritario ser más discretos” y, en este caso, dice que “la seguridad” estaba “por encima”.

Sin embargo, el portavoz de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, César Zafra, ha admitido que ha faltado transparencia con respecto al uso de La Casita: “Tendrán que preguntar a la gente que la ha usado estos años. No todavía ni siquiera sé dónde está”.

Uso lúdico-festivo

La Casita es un chalé de lujo de más de 2.000 metros cuadrados que se utiliza desde la época de Joaquín Leguina como lugar de reuniones institucionales, la mayoría secretas, pero siempre con los presidentes de la Comunidad de Madrid.

Desde diversas fuentes se apunta al perfil lúdico-festivo de esas reuniones secretas. Según desvela la Cadena SER, tan solo figuran 59 encuentros en los documentos oficiales, todas en concepto de “trabajo y formación”.

El Gobierno de la Comunidad de Madrid explica que durante esas visitas “en caso de que se consumiera algo” se facturaba en concepto de “servicio de manutención en residencia Santillana”, tal y como informa el citado medio.

El desglose del gasto figura en una respuesta oficial del Ejecutivo al diputado socialista Diego Cruz. En esta, se recoge un gasto en consumiciones entre 2007 y 2015 de 16.428 euros en 19 reuniones. El oscurantismo a este respecto, una vez más, hace que no se especifique el motivo concreto del gasto, solo “servicio manutención en Residencia Santillana”.

El que más gastó en estas visitas fue Javier Fernández Lasquetty, entonces consejero de Inmigración: 4.788 euros en tres visitas.

Más gastos

Dada la maña fama de estas fiestas de dirigentes del PP, Cristina Cifuentes optó por cerrar el grifo y únicamente permitió reuniones oficiales del Gobierno. Sin embargo, Ayuso ha cambiado de parecer y, ahora, el Gobierno ha reservado una dotación presupuestaria de 430.117 euros para licitar un nuevo contrato de reparación y conservación.