Una cosa debieron aprender anoche en Málaga, Ferraz y San Vicente (sedes del PSOE federal y regional respectivamente) y es que en esta campaña si vuelven a coincidir juntos Sánchez y Díaz, tendrán que proporcionar recintos más amplios. El inmenso salón de un hotel  de referencia junto a la estación del AVE malagueño no es que se haya quedado pequeño y con muchísima gente fuera en los pasillos, en el hall y en la calle. En el primer acto de precampaña que han protagonizado juntos ambos líderes socialistas, es que si hubieran puesto el doble de salón, el doble se hubiera llenado.

Una multitud de militantes, y lo que es más importante de simpatizantes también, algunos enojados aunque vitoreando desde la calle, han puesto a reventar el mayor salón de actos privado de la capital malagueña. Es el mismo salón que utilizaron en las elecciones andaluzas Albert Rivera o Manuel Valls para su personal campaña, pero ninguno consiguió el pleno al 15 de hoy. En ese sentido todo un éxito además de una experiencia de aprendizaje para los organizadores de las campañas que vienen.

Pero en esta ocasión además de un aforo atiborrado también estaba desbordado de algo que no se vio tanto en comicios anteriores E U F O R I A. Nunca, desde las elecciones de 1982 que llevaron a González a La Moncloa, se palpaba la sensación de alegría y reivindicación socialista como se ha palpado en esta ocasión. Hay como un runrún de percepción de victoria y de que se va a “ganar y bien” pero que coexiste con el miedo a que, como en Andalucía el 2 de diciembre pasado, no sea suficiente para gobernar.  Lo del “trifachito” ha espoleado a la militancia y se han impuesto llevar ese mensaje y advertencia a la calle.

La “espinita” de Susana

La “espinita” que se quiere sacar Susana Díaz por su funesta noche decembrina se visualizó anoche con una ex presidenta que salió en tromba y en tono muy mitinero. Díaz lanzada, con fuerza y con sentimiento, dijo ante un clamor cómplice del auditorio la frase que se va a repetir en campaña: “Pedro, Andalucía te va a llevar a La Moncloa, te lo aseguro que nos vamos a quitar la espinita”. Y la imagen que ha transmitido la ex presidenta destronada por la extrema derecha ha sido de absoluta sinceridad y de firme voluntad para hacerlo. Los expertos susanólogos que por allí deambulaban lo han confirmado.
Y a partir de ahí todo una carga de torpedos y misiles contra las derechas, la derecha del PP, la derecha liberal ciudadana, la ultraderecha de Vox… todo derecha.

Susana Díaz vuelve a “tomar nota”

Un repertorio antiderecha en el que como un torrente compulsivo la de Triana ha dicho frases tales como “cuando no vamos ellos vuelven; “Ganar no vale, solo ganar bien vale para gobernar”. Y un nuevo “Tomo nota” pero esta vez más conciliador “tomamos nota del 2 de diciembre y sabemos lo que pasa”. Y prosiguió dando cera a Bonilla and Marín con un “en dos meses nos ha dado tiempo a ver cómo es la derecha  y solo han enseñado un poco la patita”; son dos partido apoyados en uno que es de extrema de derecha pero que los tres se odian”; “una derecha no solo sin complejos sino sin escrúpulos”…

"Sí, soy una buscahuesos“

Y el culmen llegó cuando Susana Díaz tras defender que se opondrán a que haya “un solo recorte a la lucha contra la violencia de género” se preguntó: “¿Que sí somos buscahuesos? Pues sí,  yo soy una buscahuesos en Andalucía, sí, y a mucha honra, soy una buscahuesos para que muchos en las cunetas encuentren la paz y para que haya dignidad”. Y la gente, mucha puesta en pie, también se “acusaban” de ser rescatadores de la memoria histórica.

Y en eso subió al estrado Pedro Sánchez entre gritos atronadores y unánimes de “Presidente, Presidente, Presidente”. Sánchez comenzó pidiendo disculpas a la gente que tuvo que quedarse fuera. Luego compartió una reflexión al revelar  que lo de las listas negras que ha pedido Vox en Andalucía de las personas que trabajan contra la violencia de género le ha generado “temor y preocupación” y le ha servido para explicar cuál es su modelo de España, un país alegre, moderno, respetuoso y tolerante.

Bloque de involución

El candidato a la Presidencia del Gobierno, al igual que Susana Díaz, ha pedido que todo el mundo acuda votar el próximo 28 de abril para que los socialistas "ganen y gobiernen" para, de ese modo, "dar una gran lección al bloque de la involución", en referencia a PP, Ciudadanos y Vox.

Los tres de Colón

Ha hecho referencia a que ve en a derecha "muchas siglas y muchos partidos" pero la lucha es entre dos modelos de país: "Una España que integre o que excluya; una España que mire al futuro o retroceda 40 años; una España en la que quepamos todos o sólo los tres de la foto de Colón". "La frontera entre el futuro y la involución es el voto. La abstención es involución así que todos a votar el día 28", ha enfatizado.

En su intervención ha subrayado que el PSOE tiene que tener "una gran victoria para ganar y gobernar". España, ha dicho el máximo dirigente socialista, "necesita estabilidad, justicia social y mirar al futuro".

Y así, en ese ambiente de euforia colectiva y de conjuración para “ganar pero ganar bien” se disolvió la noche en la que en los corrillos de despedida se oían cosas como “parecen que ya han hecho las paces” o “a estos dos juntos no hay quien les gane”.