Fracasada la amenaza comunista, los poderes económicos, liberados del control que los estados ejercían sobre ellos y faltos del pavor estatalista soviético, dueños absolutos del mundo, desmantelan progresivamente los avances sociales logrados tras tantos años de lucha y tolerados como freno al miedo revolucionario, mientras amordazan a la población gracias a su control totalitario de las finanzas. obligando a los gobiernos a cumplir con unos rígidos planes de "ajuste" que sólo generan más paro y recesión, y por tanto un aumento del endeudamiento que supuestamente pretenden evitar. No es de recibo que en un sistema democrático los ciudadanos del planeta no tengan ninguna capacidad de control sobre los poderes económicos, que en última instancia operan con el capital de los ciudadanos. Las naciones subdesarrolladas llevan décadas sufriendo las barrabasadas que ahora azotan a Grecia y amenazan a España y que dificultan más si cabe su recuperación económica.

Pero los poderes económicos nos extorsionan gracias a la complacencia de los sistemas democráticos y, por qué no decirlo, de la ciudadanía europea. Acomodados durante generaciones, ciudadanos y políticos han navegado sobre las procelosas aguas de un "neoliberalismo social" tendente a bajar impuestos indiscriminadamente, especialmente a los más ricos "para generar capacidad de inversión y crear empleo decían", mientras que con las rentas del crecimiento económico sostenían nuestro estado del bienestar. Todos contentos, se bajan impuestos y tenemos prestaciones ¿la ciudadanía no llamaba locos a Alfonso Guerra, Cándido Mendez o Fidalgo cuando protestaban contra estas políticas de bajada induscriminada de impuestos? ¿Acaso no tenemos una parte de responsabilidad por acomodados? ¿Podemos seguir culpando a los partidos mayoritarios de una política de la que nosotros hemos sido los principales defensores y avalistas?

El 15-M es un rayo de esperanza para la regeneración política de la nación; para terminar con debates parlamentarios estériles y forzar a los partidos a plantar cara a la crisis, para terminar con el anquilosamiento de dichos partidos, incluidos PP y PSOE no lo olvidemos, y transformar de raíz el funcionamiento del sistema democrático, haciéndolo más participativo. El 15-m es a su vez la chispa de la rebelión europea, un aviso a los gobiernos para que regulen el mundo de las finanzas, para que los ciudadanos manden sobre los mercados, para que las presonas vivan dignamente. Pero es sobre todo un aviso: si la gente se duerme, se conforma, y deja a los magnates el control de sus instituciones, estamos muertos, debemos estar vigilantes siempre, ser exigentes en todo caso y avandonar el conformismo facilón.

Estamos en pie, y así debemos seguir para que se nos respete y valore. Sino, estaremos condenados al fracaso.