En su primer día como secretario de Defensa bajo la administración de Donald Trump, Pete Hegseth ha encendido la polémica al referirse a dos bases militares estadounidenses por sus antiguos nombres confederados. Esta acción, que muchos interpretan como un guiño a restaurar los nombres originales, ha generado intensos debates sobre los valores y símbolos que deben representar las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos en pleno siglo XXI.
Hegseth, un veterano de la Guardia Nacional y ex presentador de Fox News, se dirigió a los medios el lunes para exponer su visión del Pentágono. En su discurso, expresó su respaldo a las políticas de Trump que buscan desmantelar iniciativas de diversidad e inclusión en el ejército, readmitir a soldados expulsados por incumplir mandatos de vacunación contra el COVID-19 y desarrollar un sistema de defensa antimisiles similar al Domo de Hierro israelí.
Sin embargo, lo que más llamó la atención fue su mención a Fort Benning y Fort Bragg, bases militares cuyos nombres confederados fueron eliminados en 2023 como parte de una ley aprobada en 2021 para desasociar al ejército de símbolos de la Confederación. En su discurso, Hegseth recordó a los “hombres y mujeres en Guam, Alemania, Fort Benning y Fort Bragg”, evitando los nuevos nombres oficiales: Fort Moore y Fort Liberty, respectivamente.
Fort Benning, ubicada en la frontera entre Georgia y Alabama, recibió su nombre en honor a Henry L. Benning, un general confederado y juez que abogaba fervientemente por la supremacía blanca. Por su parte, Fort Bragg, en Carolina del Norte, honraba a Braxton Bragg, un esclavista y líder confederado ampliamente considerado como uno de los peores generales de la Guerra Civil. Estos nombres fueron eliminados tras años de debate, como parte de un esfuerzo para modernizar y reflejar los valores inclusivos de las fuerzas armadas.
Los nuevos nombres, sin embargo, no parecen contar con la aprobación de Hegseth, quien en el pasado ha expresado abiertamente su descontento con este cambio. Durante una entrevista en 2022 con Ben Shapiro, Hegseth calificó las renombraciones como un ataque a la tradición militar. “Hay un vínculo generacional que se rompe cuando renombras Benning y Bragg”, afirmó entonces. “¿Dónde serviste? ¿En Liberty? Es una basura. Esto es un desastre”.
Aunque las declaraciones del secretario de Defensa podrían interpretarse como una postura personal, algunos analistas sugieren que su discurso podría ser el preludio de un intento por revertir estos cambios. Roxana Tiron, periodista de Bloomberg, señaló en redes sociales que las menciones de Hegseth fueron probablemente intencionales. No obstante, cualquier esfuerzo por restaurar los nombres confederados requeriría la aprobación del Congreso, lo que complicaría significativamente este objetivo.
El cambio de nombres de bases militares como Fort Benning y Fort Bragg no solo representa una ruptura con el pasado confederado de Estados Unidos, sino que también busca construir un ejército más inclusivo y alineado con los valores democráticos. Sin embargo, la llegada de Hegseth al Pentágono marca un desafío para quienes han trabajado por modernizar estas instituciones. La tensión entre tradición y progreso, una vez más, se convierte en un campo de batalla ideológico dentro del gobierno estadounidense.