Galicia entra en su semana clave. Menos de seis días para que los gallegos acudan a su cita con las urnas en un ambiente que empieza a ser irrespirable para el Partido Popular. Las proyecciones de los conservadores en las encuestas merman. La quinta mayoría absoluta está en peligro, más aún tras el “error” de cálculo al filtrarse la oferta de Génova a Junts. El desliz alimenta el optimismo en el PSOE. En un principio, el objetivo era neutralizar la absoluta de Alfonso Rueda, pero todo ha cambiado. Hay ánimo de remontada, de ahí que Pedro Sánchez eche el todo por el todo en la recta final, redoblando su presencia en Galicia.

El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE se va a volcar con el final de la campaña electoral. El objetivo es darle la vuelta a las encuestas para consolidar la mayoría de izquierdas junto al Bloque Nacionalista Galego (BNG) y arrebatarle el control de la Xunta a un Partido Popular malherido. El sábado, mientras España estaba pendiente de los Goya, varios medios de comunicación informaban de la oferta que Feijóo puso sobre la mesa de Junts: indulto a Puigdemont, pero con la condición de ser juzgado y rechazar la vía unilateral. Es decir, una asunción tácita de la agenda catalana de Sánchez para crear un nuevo marco de convivencia en Cataluña y para con el resto del Estado. Un “error” de cálculo que tira por tierra toda la estrategia de hostigamiento de Génova desde la investidura fallida de su líder.

El PP situó el debate en torno a la amnistía, pero no como ellos esperaban. La filtración no sólo pone en cuestión la narrativa conservadora en la historia reciente, sino que pone en cuarentena la figura de Feijóo. He ahí donde presionará -ya lo hace- el Partido Socialista. Desde el domingo, el PSOE ha lanzado continuas andanadas constantes contra la línea de flotación popular, redoblando la presión sobre el jefe de la oposición para darle la puntilla en su tierra y debilitar aún más su liderazgo orgánico. En Ferraz ya advirtieron del “ruido de motor” que se generó en Génova tras el fiasco del 23J. Perder la Xunta, entienden en la Ejecutiva Federal, sería el golpe de gracia.

Órdago de Sánchez

Moncloa y Ferraz han intensificado su ofensiva contra el PP. Galicia es crucial para el PSOE. De puertas para dentro, asumían como éxito que los conservadores no alcanzaran el umbral de la absoluta, dando pie a un Gobierno de izquierdas tras 15 años de hegemonía popular. No obstante, pese a que las encuestas aún no elevan el optimismo de los socialistas, los ánimos han cambiado tras la comida de Feijóo con los periodistas.

El PSOE aprovechará el enésimo giro de guion en clave nacional para hacer mella en sus principales adversarios. De ahí, que el presidente del Gobierno se haya decantado por redoblar su presencia en Galicia para el rush finale de la campaña electoral. Sánchez acudirá el jueves 15 de febrero a A Coruña, para, 24 horas después, intervenir en el mitin de cierre en Santiago de Compostela, según confirman desde Ferraz. El líder de los socialistas quiere estar presente en el último esprint, conscientes de que una mejoría de las proyecciones neutralizaría las aspiraciones de un PP que se desangra.

Así, Sánchez completará un mes de intensa presencia en Galicia, pasando por todas y cada una de las provincias toda vez concluya la campaña. Los socialistas arrancaron su tournee en A Coruña, donde celebraron una convención política a la que asistió la cúpula del partido a finales del pasado mes de enero. Después, viajó a Lugo y, ya inmerso en la campaña, participó en encuentros con militantes en Ourense, Vigo y, finalmente, en Coruña y Santiago. A ellos, además, hay que sumarle los actos institucionales en calidad de presidente del Gobierno, como su visita a las instalaciones del astillero de Navantia, el pasado 24 de enero o su participación en un evento para conmemorar el día de la mujer y la niña en la ciencia el pasado viernes.

¿Vuelco electoral?

A pesar de los ánimos de remontada, los socialistas no mejoran en los sondeos. Algunos sitúan a la papeleta que encabeza José Ramón Gómez Besteiro por debajo de los 14 asientos que obtuvo el PSdeG en 2020. Sin embargo, la caía en picado del ticket de Rueda esperanza a una izquierda disparada por el motor BNG. Los nacionalistas, según el último CIS, cosecharían un 33,4% de los sufragios, lo que se traduciría entre los 24 y 31 asientos en el parlamento autonómico.

La horquilla para los conservadores es letal, pues Rueda cae a límites de la mayoría absoluta. La frontera la marcan los 38 parlamentarios y es precisamente ese guarismo el que ostenta la horquilla más alta que le concede el CIS, sin obviar la posible presencia de Vox en la Cámara regional, que podría irrumpir, por primera vez, con hasta dos diputados.

La encuesta, que deja a los socialistas en un relativo inmovilismo, se realizó antes de la filtración letal para el PP.  Lo mismo ocurre con el sondeo elaborado por Electomanía para ElPlural.com, que otorga 13 sillones a los socialistas, pero dispara las opciones de la izquierda con una Ana Pontón que se sitúa en los 23. Por su parte, los de Rueda besan el descalabro, al situarse en la misma frontera que establece la mayoría absoluta (38).

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