Desconcierto total en Génova. A menos de una semana para las elecciones gallegas, el Partido Popular ha cambiado el foco del debate público tras filtrarse que Alberto Núñez Feijóo estaría abierto a un indulto a Carles Puigdemont condicionado a que fuera juzgado y rechazara la vía unilateral. La información ha puesto contra las cuerdas al PP, máxime cuando la mayoría absoluta en la Xunta pende de un hilo. La nueva postura de los conservadores, a pesar de negarlo en público a posteriori, ha dado alas no sólo al PSOE sino también a Vox en la recta final de la campaña para los comicios autonómicos. Las aguas bajan revueltas, con una multitud de altos cargos dando muestras de su incredulidad y confusión en privado.

El terremoto se desató el sábado, después de que varios medios de comunicación publicaran el cambio radical en la narrativa del PP sobre Cataluña y el procés. Según estas informaciones, los conservadores asumen la imposibilidad de atribuir a Carles Puigdemont un delito de terrorismo. No obstante, lo peor para la formación no serían estas elucubraciones, sino el giro de 180 grados en su postura con los indultos. Según fuentes del partido, su líder, Alberto Núñez Feijóo habría mostrado su predisposición a conceder el indulto al expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, con la condición de ser juzgado y previo rechazo a la vía unilateral. También admiten que, durante las conversaciones con Junts para la investidura fallida del presidente popular, se estudió el camino de la “amnistía”, aunque presuntamente se descartó a las 24 horas siguientes de su planteamiento.

La tormenta perfecta

Entre las filas del Partido Popular se ha generado un extraño caldo de cultivo en el momento más delicado. A pesar de que en las últimas horas se han esforzado por reorientar el debate hacia lo sucedido en Barbate, el foco permanece sobre la figura de Carles Puigdemont y un relato renovado que se asemeja más al que manejan en Ferraz y en Moncloa. Los socialistas han presionado este fin de semana precisamente en esta dirección; remarcando la volatilidad de la narrativa conservadora inherente a la debilidad de su líder y percutiendo en la política del “barro” que Génova ha planteado desde la investidura fallida.

Un cóctel que causa desasosiego en el fuero interno del Partido Popular, con las elecciones gallegas en juego y a menos de una semana para que los ciudadanos acudan a las urnas. Las proyecciones publicadas en los diversos medios de comunicación y las que manejan en Génova no dibujan un escenario de triunfo contundente, entendiéndose como una mayoría absoluta clara de Alfonso Rueda. Las estimaciones, de hecho, sitúan su papeleta al filo de la barrera de los 38 y con el BNG en velocidad de crucero.

PSOE y Vox entran en juego

Altos cargos del Partido Popular exhiben su “perplejidad”, según Europa Press, fuera del micrófono y de las cámaras. El rejonazo a sus aspiraciones puede ser mortal. No sólo en clave electoral, sino con vistas a futuro. Perder la absoluta en Galicia pondría contra las cuerdas a Feijóo. Por ahí han percutido los socialistas, más aún tras la filtración. También Vox, que ha aprovechado la ocasión para dibujar a un PP supeditado al PSOE e incluso calificándolo como “gran estafa política”.

El giro radical mete de lleno a un PSOE que asumía como éxito electoral impedir la absoluta y sumar con el BNG. Así lo temen también en Génova, donde creen que este “error” podría afectar de lleno a la campaña de Alfonso Rueda, máxime tras comprobar la reacción del Gobierno, que ha entrado de lleno en la pelea y no han dudado en lanzar la ofensiva contra un PP malherido.

Varios ministros socialistas se han lanzado contra Feijóo este pasado domingo, preguntándose si el Partido Popular pedirá perdón por las “barbaridades” que les han echado en cara sobre la amnistía. “Sabíamos que el tiempo nos acabaría dando la razón. Lo que no sabíamos era que Feijóo lo iba a reconocer tan pronto”, sentenciaba el ministro de Transportes, Óscar Puente. Por su parte, Santiago Abascal salió de inmediato a calificar el “error” de cálculo de sus socios como un suceso de “extrema gravedad”. El líder de Vox afea a los conservadores que entren “en el marco político de Sánchez al ofrecer impunidad a los golpistas”.

Control de daños

Ante la avalancha de titulares y la posibilidad de que se trunque la campaña, Feijóo trató de zanjar la crisis. En declaraciones a los medios en Ferrol, el líder del Partido Popular intentó expresarse con contundencia: “Yo he dicho que no, dije que no y sigo diciendo que no a cualquier amnistía”. En cuanto a los indultos, el dirigente del PP precisó que en este momento no se daban las condiciones para indultar a líderes del procés, mientras acusaba a Pedro Sánchez y al PSOE de “embarrar la campaña”.

Sin embargo, dirigentes del Partido Popular coincidían este domingo al remarcar su desconcierto e incredulidad. Creen que la dirección nacional se ha “enredado” con el indulto y ha regalado el marco del relato al PSOE en plena campaña, dejando en entredicho la supervivencia de Alfonso Rueda. “Estas cosas sería mejor que no ocurrieran”, destacaba un alto cargo territorial a Europa Press. “Yo no lo he entendido. Estamos a mitad de campaña”, lamentaban otros líderes, quienes apostaban por redoblar la presión sobre Marlaska y el campo. “Estoy alucinado y sorprendido”, sentenciaba un senador popular.

Otras voces de autoridad del PP no entienden la estrategia, dado que supone dar un volantazo a las tesis que Feijóo lleva defendiendo públicamente desde hace meses. De hecho, hay quien se ha preguntado si todo era parte de una cierta intoxicación o incluso desinformación. Pero no, no fue un “fake”. “Mal explicado y mal interpretado”, resume otro dirigente, al tiempo que recuerda que la amnistía “estaba estudiada de antes y no era constitucional”.

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