“El voto de ERC se suda”. Con estas palabras, el portavoz parlamentario de Esquerra Republicana de Catalunya, Gabriel Rufián, ha advertido al PSOE que no debe dar por sentado el apoyo de su bancada a los Presupuestos 2022 ni a otras leyes, recordando que ambas formaciones deben negociar.

En una rueda de prensa celebrada en el Congreso de los Diputados, Rufián ha deslizado que ve a los socialistas “demasiado tranquilos” pese a la ardua tarea que “tiene por delante” como es lograr apoyos y sacar adelante unos Presupuestos.

Este martes, el ministro de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, arranca la ronda de contactos con todos los partidos del arco parlamentario con el objetivo de articular una mayoría cualificada para aprobar los PGE. El PSOE confía en que los republicanos presten sus escaños para la causa, máxime tras engrasar las relaciones con la cita entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y Pere Aragonès, president de la Generalitat, en el marco de la mesa de diálogo. Sin embargo, los independentistas avanzan que las negociaciones serán laboriosas.

"Sería una actitud kamikaze darnos la espalda. El voto de ERC se suda", ha señalado Rufián, quien además, ha tildado la reunión de este martes con Bolaños de “protocolaria”; insistiendo en que acudirá “a escuchar más que a otra cosa” y aprovechará la ocasión para trasladarle que ve al PSOE “regular, siendo generosos”. Por tanto, no debería dar por seguro el voto de ERC “a nada”.

"El voto de ERC se suda y se negocia, sobre todo ahora en un escenario en el que no se sabe si Ciudadanos está a Rolex o a setas", y, por tanto, en el que el Gobierno tiene "poca alternativa", ha indicado.

Preguntado por la pretensión de Junts de negociar de forma conjunta el apoyo a los Presupuestos, Rufián les ha invitado a “asumir sus resultados electorales”; recordando que ya hay otros espacios en Madrid en los que pueden impulsar iniciativas conjuntas.

Temor a los gestos naranjas

Desde que Sánchez aterrizada en Moncloa gracias al denominado bloque de la moción de censura, se empecina en mirar hacia Ciudadanos. Inés Arrimadas parece más proclive al entendimiento con los socialistas que su antecesor, Albert Rivera. Buena prueba de ello es la votación para salvar el estado de alarma durante la pandemia. Desde aquel momento, el presidente está obsesionado con cosechar acuerdos con los naranjas, lo que en más de una ocasión ha tensado las relaciones con ERC.

Siguiendo con esta estrategia, Bolaños pedirá el apoyo para los Presupuestos a Ciudadanos pese a que los naranjas no están muy por la labor. La pasada semana, durante la sesión de control, el portavoz parlamentario de Ciudadanos, Edmundo Bal, acusó al Gobierno de “despreciar” los verdaderos problemas de la ciudadanía mientras “se rinde al nacionalismo”. Bolaños le reprendió su actitud, afeando que “se niegan simplemente a sentarse, con un folio en blanco ya están en contra”.