Si algo ha quedado demostrado en las últimas horas es que en la política española las vicisitudes regionales pueden registrar réplicas a nivel estatal. La moción de censura planteada por Ciudadanos y PSOE en Murcia sacudió la Región y el sismo llegó hasta la Comunidad de Madrid, donde la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, presionó el botón nuclear pese que los naranjas trasladaron a Génova que no habría cambio alguno en la capital. ¿El resultado? Los madrileños aún no saben si tendrán que votar el 4 de mayo tal y como ha anunciado Ayuso o si las mociones de censura de Más Madrid y PSOE se debatirán. Será un juez quien lo decida. Sea como fuere, lo cierto es que Inés Arrimadas ha optado por un giro hacia el centro del espectro ideológico y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) teme que ese acercamiento en Murcia entre naranjas y socialistas deteriore su ya maltrecha relación con el Gobierno de Pedro Sánchez.

Fuentes de la formación independentista consultadas por ElPlural.com admiten que “no entendemos” la maniobra de acercamiento y que, pese a que los naranjas parezcan regresar al centro, es puro maquillaje: “Mientras se anunciaba la moción en Murcia uno de sus diputados estaba interviniendo en el pleno y parecía de Vox”.

A su juicio, Ciudadanos sigue teniendo dos almas muy marcadas, “una ultranacionalista española”; y “tres o cuatro con tics liberales” que “de hecho son quienes aguantan su partido”.

Esquerra considera que Ciudadanos está “condenado a ser fagocitado más pronto que tarde” y, por ese motivo, no entienden por qué Sánchez conchaba con Arrimadas en lugar de reflotar los vínculos con el bloque de la investidura, en deterioro desde hace meses.

En este sentido, las mismas fuentes advierten que “el PSOE está tensando la cuerda” y “se puede romper”, tal y como explicitó el diputado y portavoz parlamentario, Gabriel Rufián, el pasado martes durante una rueda de prensa en el Congreso en la que valoró la votación del Parlamento Europeo sobre la retirada de inmunidad de Carles Puigdemont, Clara Ponsetí y Toni Comín.

El dirigente republicano ironizó con que le resulta “curioso” que “aquellos que luchan tantísmo aquí por seguir blindado los privilegios y la figura de un Rey fugado en Emiratos después de corruptelas sean los que más ganas tienen de perseguir a tres demócratas electos”.

“La conclusión es la de siempre. De qué sirve este empello por parte del Estado, por perseguir a una idea. Al independentismo. ¿Después de hoy dejarán de votar a Puigdemont? ¿A las CUP? ¿A Esquerra? No. Nadie dejará de votar independentismo y republicanismo por esto. A ver si se ponen a hacer su trabajo, que es política”, espetó.

En este punto, lanzó su particular dardo envenenado a la línea de flotación de PSOE y Unidas Podemos: “Somos un partido importante. Nosotros nunca hablamos de encuestas, pero parece ser que si hubiera generales repetiríamos número como mínimo. Son lentejas. Somos imprescindibles para la gobernabilidad o no de este país. Nuestra apuesta por el el diálogo es granítica. Porque entendemos que es la única vía posible. Lo otro es magia. Ahora bien, cansa… Cansa ver que este Gobierno, sobre todo algunos, hacen tuits muy bonitos de denuncia de la situación, pero tienen el BOE y la vía de la política. Cada martes. Podría solucionar muchas cosas. Y no lo hace porque no quiere. Tanto va el cántaro a la fuente…”.

“Si siguen así lo acabarán celebrando en sus casas y no en Moncloa”, sentenció.