La apertura de una nueva sede siempre es un momento para la propaganda, un escaparate para mostrar músculo y proclamar una ideología. Sin embargo, para el grupo de extrema derecha Núcleo Nacional, su reciente inauguración en el barrio de Fuencarral, Madrid, ha sido todo lo contrario: un bochornoso ridículo que ha puesto en evidencia la profunda ignorancia que define a estos movimientos. Lo que pretendía ser un templo a su ideología se ha convertido, en menos de 48 horas, en el hazmerreír de las redes sociales. La razón de la burla es tan simple como reveladora: el grupo ultraderechista exhibe con orgullo una biografía de Francisco Franco que, sin que ellos lo sepan, es un ensayo demoledor contra el dictador.

En un edificio de oficinas, que contrasta con la estética de grupo radical, donde trabajan consultoras de marketing y empresas de tecnología, la presencia de jóvenes de estética neonazi es algo que no ha pasado desapercibido. Su nueva sede, a la que han bautizado como "El Nido", tiene las paredes pintadas de negro, el logotipo del grupo y un retrato del mismo Adolf Hitler. En este ambiente, que mezcla la militancia con la opacidad, la imagen de un libro ha desatado la polémica: la biografía de Franco, escrita por el prestigioso hispanista Paul Preston.

El "desliz" que desnuda un movimiento

La obra de Preston, una de las mayores autoridades mundiales en la Guerra Civil y el franquismo, es conocida precisamente por su rigurosa y mordaz crítica al dictador. Lejos de ser una apología, el libro Franco: Caudillo de España desmantela la figura del general, revelando su crueldad, su incompetencia militar y su naturaleza vengativa. El propio autor, en numerosas ocasiones, ha equiparado la barbarie de Franco con la de Hitler, afirmando:

Si deseara que mis libros tuvieran algún impacto, quisiera que fuese el de mostrar que Franco fue tan repugnante como Hitler. Franco no era fascista. Era algo peor.

La ironía es devastadora. El grupo de ultras, en su afán por glorificar un pasado de represión y violencia, ha terminado por ensalzar una de las obras que más ha contribuido a desmitificar y condenar el franquismo. Es una muestra perfecta de la superficialidad de su ideología, basada más en los símbolos y las portadas que en una comprensión real de la historia. No han leído el libro, solo han visto la cara de Franco en la tapa y han dado por hecho que se trataba de una obra afín a su pensamiento.

Este vergonzoso episodio no es un simple error. Es un reflejo de un movimiento que carece de una base sólida y que se apoya en eslóganes y mitos vacíos. Núcleo Nacional, que ya está siendo investigado por la Guardia Civil por un posible delito de odio, intenta desesperadamente ganar terreno en el panorama político español, pero su ridículo demuestra que no tienen nada que ofrecer más allá de la intolerancia y el odio.

La burla, en este caso, se ha convertido en una herramienta efectiva para contrarrestar su mensaje. Las redes sociales se han inundado de comentarios y memes que se ríen de la ignorancia del grupo, despojándolo de cualquier aura de seriedad o amenaza. La risa es, a menudo, el antídoto más poderoso contra la ideología extremista, pues expone su fragilidad y la reduce a lo que es: una pantomima sin fundamento.

El "desliz" de Núcleo Nacional ha sido un recordatorio de que, por mucho que estos grupos intenten normalizar su presencia, su ideología está construida sobre cimientos de odio y, en este caso, una profunda ignorancia. Su intento de enarbolar la bandera del fascismo ha terminado por mostrar que ni siquiera saben lo que significan.

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