A mediados de octubre del pasado año, 2021, PSOE y PP rubricaron el primer gran acuerdo de la legislatura: la renovación de todos los órganos constitucionales caducados a excepción del CGPJ. Un pacto que suscitó polémica, sobre todo en las filas socialistas, por tragarse el sapo de colocar a Concepción Espejel y Enrique Arnaldo en el Tribunal Constitucional. Quedó pendiente el Consejo General del Poder Judicial por la negativa de los populares. Las negociaciones las comandaban el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el entonces secretario general del PP, Teodoro García Egea. Con el segundo de ellos dimitido y dado el cambio de liderazgo en Génova, los socialistas ya se preparan para retomar las negociaciones con el llamado a suceder a Pablo Casado, Alberto Núñez Feijóo.

El presidente de la Xunta de Galicia se ha abierto a la consecución de pactos de Estado con los socialistas, toda vez que se respeten los “principios constitucionales, europeístas y atlantistas”. Así lo ha dicho en una rueda de prensa en la Cadena COPE en la que, además, ha subrayado que es obligación del líder de la oposición “escuchar y reflexionar” acerca de las propuestas del Gobierno.

Fuentes socialistas consultadas por este periódico celebran la predisposición al diálogo. No obstante, preguntados sobre las futuras conversaciones para renovar el CGPJ, se muestran cautos y prefieren “respetar los tiempos”. “Esperaremos, primero, a saber quién será el nuevo presidente del PP. No adelantemos pantallas”, insisten.

En una entrevista en TVE, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, deslizó que espera un mayor entendimiento con Feijóo que con Casado, lo que incluiría la posibilidad de entendimiento sobre el CGPJ.

La propuesta de Casado

El PSOE esperaba que el acuerdo por la renovación de todos los órganos constitucionales caducados pudiera desbloquear las conversaciones por el CGPJ. Sin embargo, Casado continuó enrocado. Su condición sine qua non se mantenía: o el Ejecutivo se comprometía por escrito a modificar el sistema de elección o no habría acuerdo alguno. En concreto, el aún presidente del PP pretendía “reforzar la independencia judicial” de manera que “los jueces elijan a los jueces”. Así, al menos 12 de los 20 vocales del CGPJ serían elegidos por los propios magistrados.