Tras semanas esperando a que Mariano Rajoy y Pedro Sánchez se sentaran a hablar, parece que al final han hablado de todo menos de lo importante. Centrado únicamente en cuestiones de papeleo y en dejarle claro a Sánchez que piensa que es él el que debe gobernar por haber ganado las elecciones, temas tan importantes como la necesidad de formar Gobierno, con el PSOE a la cabeza, o la corrupción, se han quedado fuera.

Según ha dicho Rajoy, ni Sánchez le ha hablado de estos temas, ni él le ha preguntado, una afirmación que deja claro cuál es el nivel de interés del líder del PP. “Ni me ha pedido el apoyo, ni me ha pedido que facilite nada”. “No hay ninguna sorpresa”, ha dicho.

De hecho, la reunión no ha durado más de 30 minutos, mucho menos que la rueda de prensa que posteriormente ha concedido Rajoy.

Tensión absoluta
Ya lo decía el líder del PP en un mitin hace unos días: cuando llegara el momento de reunirse con Sánchez, le recibiría “como se merece” y, según ha dejado ver, parece que lo que se merece es negarle el saludo. Mientras que Sánchez le ha tendido la mano al iniciarse la reunión, Rajoy se ha hecho el sueco. Hasta se ha tomado la licencia de bromear con ello con los periodistas.

 


Mientras que Rajoy ha confirmado en rueda de prensa que al ver a Sánchez no el dio la mano, el líder del PSOE le ha querido quitar importancia y ha asegurado que luego en privado sí se han saludado.

Esta tensión parece que se trasladará hasta en una hipotética legislatura en la que gobernara el PSOE. Preguntado por si, en caso de llegar a la oposición, facilitará la gobernabilidad con una postura respetuosa, Rajoy no ha dudado en decir: “Nosotros en lo que vamos a trabajar es en que el PSOE facilite el Gobierno del PP, ese es el objetivo, que se facilite que la lista más votada gobierne porque es lo mas democrático”.

En una realidad paralela
Parece que Rajoy no quiere ver la realidad, pues ha seguido defendiendo que, para cumplir con la democracia, el PP debería Gobernar en España. Quizás, habría que recordarle que fue él el que declinó la oferta del monarca Felipe VI para formar Gobierno.

Sobre ello, ha vuelto a asegurar que no se arrepiente. “Hice lo que creo que tenía que hacer”, ha explicado pero, sorprendentemente, ahora asegura que no descarta presentarse a la investidura.

“Vamos a ver como evolucionan los acontecimientos, pero no descarto presentarme en la sesión de investidura porque mi propuesta no se ha votado todavía en el Parlamento”. Una propuesta que ha presentado a Sánchez y que sigue centrándose en un gobierno PP-PSOE-Ciudadanos para asegurar la estabilidad del país. Y todo porque, según ha sentenciado, “el Partido Popular defiende su victoria”. “El PP ha ganado las alecciones y no tiene ningún sentido que quien no ha ganado las elecciones pretenda que, el que las ha ganado, le apoye”, con lo que, una vez más, descarta cualquier posibilidad de que el PP apoye un Gobierno del PSOE. Ya si eso, que se produzca lo contrario.

Pasa de largo sobre la corrupción
Aunque Rajoy ha asegurado que no ha hablado con Sánchez sobre corrupción, los últimos casos e investigaciones que inundan al PP si han estado presentes en las preguntas de los periodistas presentes en el Congreso de los Diputados.

Es cierto que los micrófonos de la prensa no funcionaban al 100% y que algunas preguntas no se han escuchado perfectamente, pero también lo es que Rajoy se ha hecho el sordo sobre este tema.

Sobre el blindaje de Rita Barberá y preguntado por si le ha pedido ya explicaciones, directamente ha dicho que no va a hablar de eso. Algo similar ha hecho con Esperanza Aguirre, señalada por la investigación de una supuesta financiación ilegal en el PP de Madrid. “No se puede condenar a nadie sin saber de qué se le acusa”, ha dicho para pasar a otros temas.