"Ha puesto a las instituciones al servicio de su supervivencia, y eso es también corrupción señor Sánchez", es la frase que resume la furia, el enorme cabrero con el que Mariano Rajoy ha visto como el secretario general socialista se ofrecía al rey para intentar formar Gobierno con 90 diputados cuando él tiene 123. Tal es el cabreo supino de Rajoy Brey que no dudó en mentar la 'bicha' de la corrupción en casa del ahorcado, dado que su partido, el PP, es de momento el único en 40 años de Democracia que ha sido calificado por un juez como "organización criminal".
Rajoy se propuso desquitarse y recrearse a sabiendas de que Pedro Sánchez hoy salía derrotado, con "ha perdido esta investidura y nos ha hecho perder a todos el tiempo", espetó "su fiesta ha llegado al final". Si el Partido Socialista es necesario, al menos con su abstención, para que Rajoy vuelva a ser presidente del Gobierno, ya se encargó el líder de los populares de desdeñar ese apoyo anunciando, desde la solemne tribuna del Congreso, elecciones el 26 de junio.

Camisa Roja sangre
Desde que se constituyó el nuevo Parlamento, y en las dos sesiones que ha habido -constitución de la Cámara y debate de investidura- siempre hay una pregunta previa ¿cuál será el espectáculo que montará Podemos? Tras el brutal discurso de Pablo Iglesias del pasado miércoles, con el mayor ataque que se recuerda al Partido Socialista, era obvio que el líder de la formación morada intentaría hoy sacar la imagen de 'niño bueno'. No hizo autocrítica ni pidió perdón -ni al PSOE ni a Felipe González- se limitó a decir que después de la tensión de la sesión anterior tocaba relajar el ambiente: "era necesario rebajar el tono y asumir la parte que me toca". Solo que un buen orador eso lo hace con la palabra sin necesidad de anunciarlo.

Iglesias ofrece amor a Sánchez
Las bromas sobre su beso en la boca con Xavier Doméneq "el pasado miércoles ocurrió algo perturbador", dijo para recordar acto seguido que la diputada del PP, Andrea Levy, en el programa El Intermedio, comentó que le gustaba el diputado de Podemos Miguel Vila y concluir que "pongo a su disposición mi despacho". Pero no sonaron a bromas. Y no sonaron porque a Iglesias se le da mucho mejor abroncar que contar chistes, como demostró en esta sesión.
"Fluye el amor.Pedro, sólo quedamos tú y yo", dijo Iglesias después de hablar de besos y ofrecer su despacho para necesidades amatorias. "Cedamos todos y a partir de esta noche pongámonos a trabajar" porque “a las oligarquías de este país les preocupa que nos pongamos de acuerdo". Y de nuevo final amoroso: "señor Sánchez, a veces las discusiones más agrias preceden a los encuentros más dulces. Ojalá que al acuerdo al que lleguemos a partir de esta noche se pueda rubricar bajo el cuadro de un beso". PSOE y Ciudadanos firmaron el acuerdo con el cuadro que simboliza la Transición, "el abrazo", de Juan genovés. Se pasó el miércoles con los ataques y se pasó este viernes con los besos.

Rivera, duro con Rajoy y con Iglesias
De nuevo Albert Rivera exhibió habilidad parlamentaria y de nuevo atacó a Rajoy con dureza: "no se ha leído el acuerdo, le da pereza" o "lamento que hoy el señor Rajoy vote con Bildu y con Esquerra", frase esta que soliviantó especialmente a la bancada popular.
Pero fue a Podemos a la formación que golpeó con certera eficacia, a sus diputados les espetó que "ojalá se parecieran al partido Comunista de la transición" para añadir "¿Cuantos ministerios y secretaría de estado pidieron desde el Partido Comunista? ninguna, pidieron libertad". Todo un derechazo al hígado del partido que proclamaba que no había llegado a la política para ocupar sillones.
También tiró del ‘espíritu de la Transición para pedir a los diputados populares procedentes de la UCD la generosidad política de aquellos tiempos, al tiempo que deslizó que Mariano Rajoy viene de la antigua Alianza Popular.