Fuentes del nuevo Gobierno, citadas por El País, justifican que el giro de Rajoy tuvo como objetivo evitar graves problemas a la deuda española. Aseguran, además, no sin cierto eufemismo, que se hizo en contacto con Alemania. Convendría llamar a las cosas por su nombre y traducir que se hizo bajo el mandato de Angela Merkel y la Unión Europea. Olli Rehn, vicepresidente de la Comisión Europea encargado de asuntos económicos conocía las medidas del Ejecutivo popular antes de que fueran anunciadas el viernes pasado, cuando las respaldó públicamente.

Una exigencia de la UE
La Unión Europea venía reclamando gravar más y si Rajoy no hubiese tomado la decisión de aumentar los impuestos, el Ecofin del próximo 20 de enero se lo habría exigido. La misma tesitura en la que se encontró Zapatero en mayo de 2010, cuando se vio obligado a congelar las pensiones,salvo las mínimas, bajar los sueldos de funcionarios y eliminar los 400 euros de descuento del IRPF.

"Vamos a decirle a Europa..."
"Vamos a decirle a Europa que España es una gran nación, que queremos opinar, participar y no que nos manden y nos den órdenes", afirmó un Rajoy crecido por los sondeos en noviembre pasado, en medio de la campaña electoral, en Santander.

De no recibir órdenes a cumplir a rajatabla
También lo dijo en su tierra natal, en Pontevedra, donde pidió la confianza de los españoles para “liderar el cambio político” que lleve a España “a no recibir órdenes” de Europa para gestionar la crisis económica, según dijo. Ante 5.000 personas, el entonces candidato insistió en que no quería recibir órdenes de Europa, aunque a continuación matizó que tenía intención de cumplir los compromisos europeos a rajatabla. Y vaya si lo está haciendo.

Los que deciden y los que acatan
Tras el triunfo electoral del PP, el siete de diciembre, el secretario general del Partido Popular Europeo, Antonio López-Istúriz, aseguró que Rajoy trasladaría a la canciller alemana, Angela Merkel, y al presidente francés, Nicolás Sarkozy, la intención de España de estar entre los países que toman las decisiones en Europa, "no entre los que las reciben".

"Tenemos que dar esa respuesta a los mercados y a las agencias de calificación y tenemos que mostrar fortaleza y unidad en las decisiones, y que España vuelva a ser parte de la solución", afirmó López-Istúriz.

Una España intervenida
El mismo discurso que mantuvo el PP desde mayo de 2010, cuando Zapatero se vio abocado a anunciar su plan de ajuste. En junio de ese año, al hacer balance de la presidencia española de la Unión Europea, Rajoy sentenció que la economía española había entrado en una especie de "protectorado" y que España lideraba las portadas de la prensa europea por “la tormenta” que se ha desatado sobre nuestra credibilidad económica.

Un protectorado de Europa
España ha terminado con "una economía intervenida desde el exterior" que la sitúa en una "posición de protectorado", debido a que los países de la UE "no se fian" de la forma de gobernar de José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó Rajoy en un Pleno del Congreso.

Rajoy no dio tregua a Zapatero
Un mes más tarde, el líder popular no daba tregua al Gobierno socialista y aseguraba que “la UE ha intervenido a España y le ha obligado a hacer una reducción del gasto público y acometer un conjunto de reformas estructurales”.

La "intervención" del BCE
La frase debió gustar en el seno del PP, porque fueron varios los que luego esgrimieron el argumento de una España intervenida para cargar contra Zapatero. Todavía en noviembre pasado, el entonces presidente del PP de Canarias, y hoy ministro de Industria, José Manuel Soria, dijo que España estaba “intervenida por el Banco Central Europeo (BCE) y que esto se habría podido evitar si el Gobierno socialista hubiera hecho caso de las recomendaciones del PP”.